Señor Lafuente, su esposa ha pedido el divorcio hace tiempo romance Capítulo 306

Natalia colgó el celular y le dijo a Laura: —No está disponible ahora, luego llamo.

Al cabo de media hora, volvió a llamar a Hugo.

Esta vez, Hugo atendió y Natalia le dijo: —No te estoy molestando, ¿verdad?

Hugo respondió: —No.

De hecho, había visto la primera llamada de Natalia.

Simplemente no contestó.

Preguntó: —¿Pasa algo?

Natalia le explicó la razón de su llamada, y Hugo resopló y preguntó: —¿Por qué no arreglas que trabaje en la empresa de Logan?

Al oírle preguntar eso, Natalia curvó los labios y sonrió, diciendo: —La empresa Logan no está contratando últimamente.

Hugo guardó silencio durante dos segundos al oír esto y preguntó: —¿Cómo se llama?

—Noelia Sánchez.

Hugo: —Vale, le dices que siga el procedimiento normal de entregar su currículum en los próximos días.

Natalia sonrió: —Gracias, Hugo.

Sin esperar a que este respondiera, Natalia parecía que quería entablar más conversación con él, así que le preguntó en tono casual: —¿Qué haces ahora? ¿Muy ocupado últimamente?

Hugo no llegó a hablar cuando una suave y agradable voz femenina salió de su lado.

—Hugo, ¿de qué hablas?

—De nada —Hugo dijo fríamente, y luego le dijo a Natalia—: Tengo algo que hacer, adiós.

Y sin esperar a que ella hablara, él colgó primero.

Cuando la voz de la mujer sonó, la voz de Hugo se enfrió de inmediato, obviamente descontento de que apareciera de repente para interrumpir su conversación con ella.

Hugo colgó el celular con tanta prisa, ¿quizás también le preocupaba que ella escuchara y malinterpretara su relación con aquella mujer?

Natalia enarcó una ceja al pensarlo.

Dejó el celular y le dijo a Laura: —Hugo ha dicho que sí.

Laura agradeció: —Gracias, Natalia.

Al ver eso, Karen le dijo orgullosa a Noelia: —Ves, ya te lo dije, Hugo definitivamente dirá que sí.

Noelia se sorprendió y no pudo evitar mirar a Natalia.

***

Por la noche, después de que Rebeca cenara y volviera a su casa desde la villa de los Estrella, acababa de encender la computadora para ocuparse de sus asuntos cuando recibió una llamada de Logan.

Rebeca no contestó.

Se limitó a apagarlo.

No fue hasta que se despertó al día siguiente cuando encendió el celular que vio que Logan le había enviado un par de mensajes.

“Quiero hablarte de algo”.

“Sobre la fiesta de cumpleaños de la abuela”.

“Me gustaría que asistieras”.

Probablemente al ver que ella no contestaba, Logan no envió más mensajes después.

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