Señor Lafuente, su esposa ha pedido el divorcio hace tiempo romance Capítulo 346

Natalia pensó lo mismo.

Pero...

Ellas eran las que provocó este problema...

Ella siempre había tenido una buena imagen delante de Logan.

Si este se enterara de esto, se preguntaba si pensaría que ella y su familia eran los que acosaron a Rebeca, afectando así su imagen en su mente.

Liliana entendía lo que pasaba por su mente.

Nadie conocería la importancia de la “imagen” mejor que ella.

¡Esa era la clave para hacer que un hombre te amara todo el tiempo!

Alejandra sabía que la razón por la que Logan amaba tanto a Natalia era porque ella era lo suficientemente especial y buena en su corazón.

Si Logan se enterara, había posibilidad de que este incidente afectara la imagen de Natalia en su corazón.

Aunque el impacto podría no ser demasiado grande si se manejaba bien, no era bueno para Natalia.

Miró a Karen y débilmente abrió la voz: —Karen, ya no eres una niña, realmente necesitas prestar atención a lo que dices y haces en el futuro.

Si este asunto no se manejaba bien, ¡el impacto en su familia podría ser muy grande!

—Yo...

Originalmente pensó que era solo un asunto trivial, pero ahora se había convertido en una bola de nieve gigante. Karen estaba aterrizada, pues hace mucho que alguien le reprendiera de esta manera, en el fondo pensaba que era injusto para ella, pero tuvo que admitir su error y dijo: —Lo sé, estaré atenta en el futuro.

Alejandra no dijo nada más.

Al ver a Alejandra reprendiendo a su nieta, Rita no se sintió muy bien por dentro.

Pero este asunto había sido causado por Karen.

Si realmente afectaba al futuro de los autos sin conductor de Furense, la pérdida sería realmente demasiado grande.

Comparado con esa cantidad de dinero, que Karen fuera reprendida no era nada.

Por lo tanto, aunque se sentía incómoda en su corazón, no discutió en defensa de Karen.

Fuera como fuera, este asunto no era algo que pudieran ocultar solo porque quisieran.

Después de todo, si Tylerty insistía en rescindir el contrato, Logan lo sabría tarde o temprano.

Natalia entendía esto, y Liliana y Alejandra naturalmente también.

La comida había sido servida hacía rato.

Pero ninguna movió los cubiertos.

Porque habían perdido el buen humor de comer.

Natalia, agarrando el celular, pensó un momento, luego respiró hondo, se levantó, salió del reservado e hizo una llamada a Logan.

Este contestó rápidamente: —Hola.

—Logan —dijo Natalia—. Me ha surgido algo...