Siempre habían oído que la novia del señor Lafuente consiguió el doctorado en una universidad extranjera de primer nivel y que era un genio de la tecnología.
Pero, ¿cómo era que no habían oído que hubiera conseguido logros tangibles?
Cierto que Furense había hecho un avance tecnológico, pero eso habría sido un legado de la influencia de Logan mientras estuvo en Furense, y no tenía nada que ver con Natalia, ¿no?
Por el contrario, Rebeca nunca antes había presumido de ser un genio, y ahora había asombrado a todos.
Así que quizás el talento de la novia del señor Lafuente no era tan sólido.
La gente no decía nada, pero la forma en que sus miradas iban y venían entre ella y Rebeca hacía difícil que Natalia no se diera cuenta aunque quisiera.
Ya tenía mala cara.
Ahora que veía el cuestionamiento que le hacían esos ojos, apretó los puños con fuerza.
Aunque no había descubierto ninguna tecnología innovadora, su educación era sólida y ¡no podía permitir que otros la cuestionaran!
Sin embargo, nadie más dijo nada, simplemente no tuvo la oportunidad de abrir la boca aunque quisiera argumentar por sí misma.
Incluso si había ira en su corazón, solo podía contenerla.
Además, cuando se trataba de logros académicos...
Pensando en el trabajo publicado anteriormente por Rebeca, que incluso había causado sensación internacional, y en su brillante momento en la conferencia de esta vez, tuvo que admitir que ya no podía igualarla académicamente.
Natalia se quedó quieta con una cara tensa.
Logan terminó de saludar a la gente y dijo: —Vamos.
Natalia apenas logró esbozar una sonrisa y dijo: —De acuerdo...
Después de decir eso, se recompuso lentamente y saludó con calma a Sebastián y a algunos otros jefes con los que estaba familiarizada antes de salir del lugar con su novio.
Aunque mantenía una apariencia de calma, en realidad aún no estaba calmada.
Logan, sin embargo, ya dejó atrás por completo lo del lanzamiento.
Como de costumbre, le dijo: —¿Se investigó a fondo al señor Jones y estamos seguros de que no tiene problema?
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