Señor Lafuente, su esposa ha pedido el divorcio hace tiempo romance Capítulo 500

Al entrar en el ascensor, Logan se dio cuenta de que Luis solo había pulsado el botón de su planta. De repente, dijo: —No hace falta que me sigas.

Luis se quedó pasmado un instante y respondió: —Entendido, señor.

Solo entonces pulsó el botón de su propio piso.

A la mañana siguiente.

Logan salió de su habitación con una bata y la ropa de la noche anterior en su brazo. Cerró la puerta tras de sí y se dirigió al otro lado del pasillo.

Natalia, que salía del ascensor, lo vio y enseguida esbozó una sonrisa. Justo cuando iba a hablar, su expresión se congeló al ver las marcas distintivas de un labial en el cuello y hombro de la camisa que llevaba colgada del codo.

Las palabras se le quedaron en la boca.

Se quedó clavada en el sitio, aún procesando lo que había visto, cuando la figura de Logan desapareció tras la esquina. Unos instantes después, el sonido de una puerta abriéndose y cerrándose resonó cerca.

Antes de que Natalia pudiera procesarlo, el número de la habitación que tenía delante le llamó la atención.

2508.

Sin embargo, recordaba claramente que Luis le había dicho que Logan se alojaba en la habitación 2503.

Levantó la tarjeta duplicada que acababa de obtener de Luis para la habitación de Logan.

Efectivamente, era la 2503. No se había equivocado.

Pero, ¿cómo podía haber salido Logan de la habitación 2508?

Natalia frunció los labios, tomó el celular y llamó a Luis: —¿Quién se aloja en la 2508?

Luis se quedó paralizado. Aunque no tenía ni idea de cómo lo sabía Natalia, respondió con sinceridad: —Rebeca.

Lo sabía.

Natalia apretó con fuerza el celular entre sus manos.

Después de respirar hondo, preguntó: —¿Qué ha pasado estos últimos días? —Si no había pasado nada, ¿cómo podía haber salido Logan de la habitación de Rebeca a primera hora de la mañana con un albornoz?

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