Señor Lafuente, su esposa ha pedido el divorcio hace tiempo romance Capítulo 522

A Wendy le disgustaba Natalia tanto como le disgustaba Logan.

Después de lanzarle una pulla a Natalia, se volvió hacia Logan y le dijo con una sonrisa: —He oído lo mucho que se quieren, y que se lleva a su novia a todas partes. Al verlo hoy, me doy cuenta de que los rumores no eran en absoluto exagerados.

Aunque era claramente sarcástica, Wendy pronunció el comentario con una sonrisa, de modo que la gente podría confundirlo genuinamente con un elogio a su relación.

En ese momento, alguien se acercó para entablar conversación con ellos. Al oírlo, intervinieron con una sonrisa: —En efecto, el señor Lafuente trata fenomenalmente a su novia.

Wendy lanzó una mirada fría a Logan, pero no respondió. Tampoco dijo nada más. Al fin y al cabo, hoy era un día feliz para Tylerty. No valía la pena estropear la fiesta por culpa de esos dos.

Cristian y Rebeca compartían este sentimiento.

Cristian esbozó una sonrisa forzada. —Señor Lafuente, el profesor y yo tenemos asuntos que atender. Discúlpenos.

Natalia entendió perfectamente lo que Wendy quería decir con su comentario de “He oído hablar mucho de usted”.

Su expresión se ensombreció.

Aunque Wendy la había “criticado”, trató igual a Logan. Sin embargo, su expresión no revelaba ningún signo de enfado. Después de que Cristian hablara, mantuvo su sonrisa y su actitud educada, y respondió: —No hay problema, adelante.

Con eso, hizo un gesto cortés con la cabeza y se marchó con Natalia.

Solo después de que se hubieran marchado, Wendy bajó la voz para preguntarle a Rebeca: —¿Cuánto falta para que termine su período de reflexión?

Rebeca respondió con sinceridad: —Menos de quince días.

Wendy frunció los labios. —Esperemos que esta vez toda salga sin contratiempos.

—No debería haber improvistos.

A juzgar por lo que le dijo Israel, salvo que surgiera algún imprevisto, no tendría que volver a la base durante el próximo mes.

—Que sea así.

Al oír esto, Wendy se sintió mucho más tranquila. Le pellizcó la mejilla a Rebeca en tono juguetón. —Cuando te hayas divorciado oficialmente, vayamos a celebrarlo.

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