Miro a un Julian de siete meses sentado en el sillón junto a Mia y Matty que ya tienen cuatro años y medio. Mis mellizos están vestidos con su uniforme escolar porque si, llegó la edad en que ellos tienen que comenzar a ir a la escuela. Mia tiene colgado entre sus hombros una mochila de Barbie rosada y Matty una azul de autos de carrera. Ellos mismos eligieron sus mochilas y estaban muy emocionados cuando lo hacían mientras que yo lloraba porque mis bebes estaban creciendo. Bueno, no lloraba exactamente, pero si estaba nostálgica. ¿Cómo no estarlo al ver a mis pequeñas sorpresas creciendo tan rápido?
Mia acaricia la cabeza de Julian con cariño mientras que Matty le enseña unos pequeños autos a mi hijo de siete meses. Julian parece muy interesado en los juguetes de su hermano y Matty siempre ha estado más que feliz en compartir sus cosas con su pequeño hermano.
Julian toma un pequeño auto y hace ademán de llevarlo a su boca, pero antes de que yo pudiera acercarme a la escena para evitar que mi bebé lo haga Matty le quita cuidadosamente el auto de la mano.
-No Julian, eso es malo- dice mi hijo con su voz infantil
Mi bebé hace un puchero y parece querer llorar, pero Mia se pone frente a él y comienza a hacer caras graciosas para hacerlo reír. Jace y yo solemos hacer eso porque descubrimos que a Julian le encanta. Josh fue el que lo descubrió en verdad.
Mis hijos serán unos grandes hermanos. No puedo evitar pensar en cómo Matty protegerá a Julian y a Mia en el futuro. Creo que se protegerán entre ellos en verdad.
Me imagino a Mia con una larga cabellera rubia cayendo por su espalda cuando ya sea adolescente. Será tan hermosa que tendrá a todos los chicos del instituto babeando por ella. Matty será el hermano sobre protector que alejará a todos los buitres que estén en el radar de Mia. Pelearán mucho por eso, pero sé que se querrán a pesar de todo. Matty también será un chico guapo, solo espero que no se transforme en el play boy del instituto, aunque lo dudo mucho. Le enseñaré que hay que tratar bien a las mujeres y no jugar con ellas, aunque creo que Jace ya ha comenzado con eso. Me imagino a Julian siendo el travieso de los tres. Tomando en cuenta que ahora cuando gatea destroza toda la casa y tengo que estarlo persiguiendo para que no se haga daño no quiero ni pensar en lo que hará cuando sea un adolescente revoltoso.
Escucho a Julian reír y sé que Mia y Matty lograron calmarlo.
Siento unas manos que me abrazan por la espalda y se posan en mi estómago. Un beso en la mejilla y luego apoya su mentón en mi hombro. No tengo que voltearme para saber quién es.
-Es una linda imagen- dice Jace mirando a nuestros hijos.
-Es la imagen más linda que he visto- respondo con una sonrisa en la cara.
Jace hace que me dé la vuelta para mirarlo y nos quedamos así unos segundos antes de que juntemos nuestros labios en un tierno beso. Cada beso de Jace es como estar en el cielo para mí. Lo amo y sé que él me ama a mí. A pesar de todo lo que pasamos con Jace y los mellizos, podemos decir ahora que nos amamos como nunca pensé amar a alguien.
Tenemos una gran historia que contarles a los chicos y a nuestros nietos cuando sean más grandes... mucho más grandes.
Nos separamos cuando escuchamos que tocan la puerta. Jace va a abrir y se encuentra con la pequeña Lexie allí con su mochila en los hombros. Lexie ya es parte de nuestra familia. Nosotros nos preocupamos por ella y la llevamos a la escuela. Lexie corre para estar con nuestros hijos y saluda con un efusivo abrazo a Mia y Julian. Se detiene cuando está frente a Matty y lo saluda con la mano y está un poco sonrojada. Matty se acerca a ella y le da un sonoro beso en la mejilla. Puedo ver que Lexie está aún más sonrojada que antes.
- ¿Quién está listo para ir a la escuela? - dice Jace con entusiasmo.
- ¡Yo! - gritan mis hijos y Lexie que se acercan a abrazar a Jace.
-Destapa el plato y lo verás- dice Jace un poco nervioso
Ruedo los ojos y hago lo que me dice. Quedo en estado de shock cuando veo una copa gigante de helado, pero eso no es lo que me tiene en shock, si no el hecho de que en la cima de la copa hay una caja de terciopelo roja.
Jace la toma y se arrodilla frente a mí mientras abre la caja y deja ver un hermoso pero sencillo anillo plateado con una perla pequeña en el centro de color azul.
-Madison Tate, desde el día en que nos vimos en aquel bar hace ya más de cinco años no puedo sacarte de mi mente ni un solo segundo. Ni si quiera todo ese tiempo en que estuvimos separados. Como te he dicho antes, dejaste una marca en mí que fue imposible de borrar y sé que yo dejé una en ti y ahora se llaman Matty y Mia- dice entre risas nerviosas y yo también río mientras caen lagrimas por mis mejillas- Te amo Maddie. Te amo y no solo porque eres la madre de nuestros tres hermosos hijos. Te amo porque eres la mujer más extraordinaria que he conocido. Eres una guerrera y amo eso de ti. Amo que no te des por vencida nunca. Yo solo te amo con todo mi ser y lo que quiero preguntarte en este mismo minuto y espero a que me respondas lo más rápido posible antes de que me dé un infarto... ¿Serías mi compañera de vida, la mujer de mis sueños, serías mi esposa?
Las lágrimas no dejan de caer y como puedo asiento con mi cabeza. No es algo que tenga que pensarlo demasiado.
-Claro que me casaré contigo Jason Bell- digo y lo abrazo cuando aún está en el suelo arrodillado- Por supuesto que quiero casarme contigo.
Unimos nuestros labios y escucho a la gente aplaudir a nuestro alrededor. No me importa. Este es uno de los momentos más felices de mi vida.

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