Soy la esposa del tío de mi ex romance Capítulo 31

Luego de convivir con los pequeños pacientes, darles regalo y saludar a las madres, Fátima y las demás mujeres Ford, estaban por irse.

Jonathan detuvo a Evana.

—Su ayuda es loable, estás personas nunca podrán olvidar lo buena que es usted.

Ella sonrió.

—Bueno, es todo gracias a los Ford, ellos son generosos.

De pronto, Jonathan tomó su mano.

—No hablo solo del dinero, hablo de la calidad del apoyo, usted habló con niños pequeños y madres, eso cuenta más que cualquier dinero del mundo.

Evana sintió el fuerte agarre de su mano, se tensó, de pronto le pareció que el fervor del hombre era incorrecto, podría malinterpretarse.

—Espero verla en la recaudación de apoyo, si me es posible invitarla a bailar, sería dichoso, nunca baile con una mujer tan bella.

Evana tuvo suficiente, soltó su mano.

—Le agradezco, seguramente no podré bailar con usted, mi marido estará conmigo todo el tiempo.

—Claro, y supongo que es celoso y posesivo.

Evana le miró con desconcierto.

—No es así, pero mi esposo me quiere a su lado, le agradezco.

Evana dio la vuelta, el hombre se alejó.

—¡Vaya, vaya, Evana! ¿Así que te has conseguido un nuevo admirador? ¿Qué le das a los hombres para enloquecerlos? —exclamó Nicol

Evana sintió rabia de sus palabras.

—¡Ya basta, Nicol! Es claro que el doctor Grimm no estaba en su mejor momento.

—Abuela, pero ¿Acaso no vio como coqueteó con ella? Evana es una descarada, cautiva hombres solo por vanidad.

Evana miró con rabia a Nicol.

—No soy tú, Nicol, pero claro, tú ni para eso sirves.

Evana sonrió. Nicol borró su sonrisa.

Evana siguió el camino al lado de Sabrina.

Ambas salieron del hospital

—¡Esa mujer es odiosa!

—¡Y el doctor Grimm es tan… guapo!

Evana rio de las palabras de Sabrina.

—¿Él te ha gustado?

Sabrina negó ante el comentario de Evana.

—Pero, él nunca se fijaría en mí, soy muy fea.

—Tranquila, no hagas caso de nada de eso —Evana pasó la mano por su espalda—. No eres fea, no te insultes, nunca más.

Sabrina sonrió, pensó que su cuñada era buena, ahora como una nueva hermana.

En la mansión Ford.

Por la noche, Marcus Ford llegaba de la empresa, apenas entró, escuchó aquellas voces que se clarificaron en sus oídos, hasta poder reconocer la conversación.

—¡Sí, Stella! Evana es una descarada —Marcus escuchó aquello, estaba dispuesto a cerrar la boca de Nicol de una vez y por todas—. El doctor Jonathan Grimm elogió su belleza, es más, la invitó a bailar con él durante la fiesta de recaudación, era un coqueto absoluto, ella solo sonreía, no marcó un límite, ese hombre perdió la compostura ante ella, no parecía un médico ético, Evana notó que enloqueció al hombre y no pudo un límite a sus elogios, ¡Es una coqueta!

Capítulo Treinta y uno: ¿Estás celoso? 1

Capítulo Treinta y uno: ¿Estás celoso? 2

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Soy la esposa del tío de mi ex