Soy la esposa del tío de mi ex romance Capítulo 83

Evana luchaba contra ese hombre y si pesado cuerpo.

Sintió sus labios en su cuello hasta que alcanzó la lámpara, lo golpeó con fuerzas, pero atinó a quebrarla en su cabeza y hacerle un corte en la sien.

El hombre se levantó al sentir lo caliente de la sangre.

—¡Perra!

Evana gritó con fuerzas, Fátima que había llegado y la empleada subieron la escalera.

Cuando Fátima observó la herida en la cabeza de Álvaro se asustó.

—¡Álvaro!

—Está mujer, le provocó y luego me golpeó.

—Mentiroso, intentaste sobre pasarte, pero ahora tienes tu merecido, desgraciado.

Fátima le miró con odio, intentó pegar a Evana, pero ella la empujó y abofeteó su rostro.

—¡Maldita! –gritó Fátima

—¿Qué pasa aquí? —exclamó Marcus al llegar

Álvaro tuvo temor al verlo.

—Está mujerzuela intentó meterse con Álvaro y lo golpeó.

—¡Él quiso tocarme!

Marcus miró con odio a Álvaro, se lanzó contra él, con rabia y lo comenzó a golpear con fuerzas.

Fátima intervino, pero Marcus estaba fuera de sí.

—Ambos se largan de esta casa, no quier9 volver a verlos.

—¡Hijo! —exclamó Fátima

Un empleado llegó y Marcus ordenó que los echaran de casa.

Marcus pidió a la empleada que preparara la maleta de su madre.

Cuando estuvo lista la lanzó afuera de casa.

—¡Marcus has perdido la razón, todo por culpa de Evana!

—Largo de mi vida, madre, ¿Sabes lo que dijo mi padre antes de morir? Dijo que eras mala, que me alejara de ti, él tenía tanta razón.

Marcus ordenó que los echaran.

—¡Te vas a arrepentir, Marcus! Nos veremos las caras, te veré sufrir —sentenció Álvaro, pero a Marcus no le importó.

Al entrar observó a Evana llorando, él la abrazó con fuerzas.

—No quería que llegáramos a esto.

—No importa, cariño, está bien, sin ellos estamos mejor —dijo Marcus y la abrazó a su pecho.

Evana asintió.

Al llegar al departamento de Álvaro, Stella no podía creer todo lo que escuchaba.

—¿Cómo vas a permitir que Evana se quede con todo, Fátima?

—¿Acaso tengo alternativas, Stella? Andrés arruinó mi vida, incluso después de muerto —sentenció

—¡Hazla pagar!

Fátima no quiso escuchar nada más, fue a su nueva habitación.

Al entrar, la aborreció, no era el lujo que estaba acostumbrada.

Tomó su maleta y la abrió, no tenían si quiera una empleada que los ayudara, entonces vio esa nota.

La mujer sintió pavor, al mirar leyó con avidez.

《Sé lo que hiciste mujer, deberás pagar muy caro por mi silencio o todos sabrán como mataste a Andrés Ford》

Los ojos de Fátima se abrieron horrorizados, la nota de nuevo no estaba firmada, pensó en Glenn, pero no estaba segura, creyó estar ante un enemigo invisible.

Un mes después.

Sabrina y Jonathan fueron a su siguiente ultrasonido, al llegar la doctora indicó que todo estaba en óptimas condiciones y que el bebé estaba sano, ahora ya estaba por cumplir veintiún semanas.

Pronto, la revisaron y la doctora les indicó que ya sabía el sexo del bebé.

—Será varón.

Capítulo Ochenta y tres: Enemigo invisible 1

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