Cuando Kara escuchó las palabras de Emma, mostró una expresión bastante sorprendida, mezclada con algo de pánico.
Era la primera vez que Kara oía a Emma decir que iba a dejar ir a Alina. Si fuera en el pasado, nunca tomaría la iniciativa de decir tal cosa, de lo que se podía saber que Emma realmente estaba asustada por la amenaza de Chester.
—¡Parece que tenemos que dejar a esa zorra ir de momento! —dijo Kara con un suspiro.
Aunque un poco reacia, Kara tuvo que dejar pasar esta buena oportunidad de hacer sufrir a Alina al pensar en los rumores horribles sobre Chester. En Ingford, ¡se rumoreaba que Chester no mataría a los que se metiera con él, pero los haría sentir peor que la muerte y que los que enfadaban a Chester desaparecían para siempre o acababan con una discapacidad permanente!
¿Quién se atrevería a meterse con un hombre así?
—¡Pero realmente no quiero dejar pasar una oportunidad tan buena! —Emma dijo con voz poco resignada, apretando con fuerza los dientes.
Kara suspiró y dijo impotentemente:
—Pero, ¿qué podemos hacer ahora?
—Habrá una manera. ¡Habrá una manera al final! —Emma murmuró para sí misma, intentando pensar en una manera.
«¿Cómo puedo dejar ir a Alina tan fácilmente? ¡No, esto no acabará así!»
Emma realmente quería practicar su plan contra Alina, empero, no podía evitar sentir escalofríos cuando pensaba en los siniestros ojos de Chester.
—Déjame pensar en lo que deberíamos hacer —Kara no estaba contenta de perder la oportunidad de echar a Alina de Ingford.
***
A diferencia de la actitud indiferente a Emma, Hector trataba a Alina con mucha amabilidad y gentilidad.
Hector entregó respetuosamente la invitación a Alina y dijo en tono amable:
—Señorita Alina, aquí tiene la invitación para el International Fashion Show de Eglinton.
Alina echó una ojeada a la invitación con letras doradas y se quedó en trance.
Alina no esperaba que Chester realmente le hubiera enviado la carta de invitación. De verdad estaba muy agradecida por la bondad de Chester, pero por el momento esta amabilidad, que involucraba a demasiadas personas, era un quebradero de cabeza para ella.
Finalmente, Alina cogió la invitación de la mano de Hector y la abrió.
La invitación al International Fashion Show de Eglinton era muy elaborado y cuidadosa. Como por ejemplo, los modelos con los que Alina iba a trabajar en el desfile estaban marcados en la invitación, e incluso se señalaban los rasgos corporales de estos. Tal detalle reduciría sin duda muchas molestias para los diseñadores durante el proceso de preparación.
—Por favor, ¿podrías transmitirle mi agradecimiento a Chester de mi parte? —dijo Alina a Hector.
A estas alturas, con la invitación en la mano, Alina sabía que, pasara lo pasara, tendría que acudir al show.
—Me voy entonces —Hector se puso de pie y se despidió respetuosamente de Alina.
Alina asintió ligeramente con la cabeza y lo acompañó hasta la puerta principal.
Después de que Hector se marchó, Alina se dejó caer en el sofá y murmuró para sí misma:
—Chester, ¿qué demonios quieres? ¿Por qué me conseguiste un puesto en un show tan importante?
Por primera vez en tantos años, Alina y Caleb llegaron a tener la misma opinión: ¡Chester ya se había vuelto loco!
Cuanto más se lo pensaba, más molesta se quedaba. Alina realmente no sabía cómo enfrentar a Chester para los días siguientes.
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