Soy más rica que mi exmarido multimillonario romance Capítulo 191

En el hospital…

Vanessa y Chester llegaron a la sala de emergencia en la que estaba Caleb:

—¿Cómo pasó algo tan grande?

Nadie se podría calmar cuando se enterara del accidente, y Vanessa casi se desmayó.

Si Chester no la hubiera sostenido rápida, se habría caido en el suelo. Luego, Julia también llegó corriendo, pero Alina no apareció.

—¿Dónde está Alina? —Julia miró a su alrededor, pero no había huellas de Alina.

—Ahora no es el momento de hablar de Alina —Vanessa estaba tan preocupada que no quería enfrentarse a este problema en absoluto.

«¡Han pasado dos horas, pero la puerta de la sala de emergencias aún no se ha abierto! ¿Qué tal mi hijo?»

Incluso si no vieron cómo estaba Caleb cuando se llevó a la sala de emergencia, sabían que no sería bueno.

El corazón de Vanessa palpitaba cada vez más rápido.

Había pasado dos horas, Alina todavía no había aparecido, mientras que Caleb todavía estaba en la sala de emergencias.

Al pensar en esto, Vanessa no pudo evitar suspirar con el tono lleno de tristeza y dolor.

«La relación de ellos dos ha empeorado tanto.»

Más tarde, el decano trayendo consigo al equipo médico cuando se enteró de esta mala noticia.

En la Villa Werland…

Lois no esperaba que Alina se duchara realmente y se fuera a la cama después de la cena.

Ella no tenía intención de ir al hospital.

Lois le sirvió una taza de té.

—Señorita.

—Déjalo —dijo Alina a la ligera.

Lois miró a Alina y le preguntó con voz baja:

—Señorita, ¿no vas al hospital?

Alina sabía que casi todas las personas de la familia Collins estaban en el hospital, así que la ausencia de Alina no era adecuada en ese momento.

—¡Claro que no! —Alina le contestó con mucha sencillez y frialdad.

—¡Señorita!

—Ve a descansar. Es tarde ya.

Pero ¿podía dormirse Alina?

Al ver esto, Lois entendía que Alina no iría al hospital.

Una persona no se debería traicionar a su pareja en cualquier caso. De lo contrario, ninguna parte tendría derecho a acusar a su pareja de ser cruel.

¿No era lo mismo que pasó entre Caleb y Alina?, que Caleb estaba en el hospital, pero Alina no tenía ganas de visitarlo.

Nadie había imaginado que la pareja ejemplar de Ingford se convirtió en el enemigo de otro.

Cuando Emma fue cerrada en la habitación, le rogó al criado:

—Déjame ir al hospital, por favor.

Emma, que era arrogante, nunca había imaginado que se volviera más humilde que un criado.

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