Soy más rica que mi exmarido multimillonario romance Capítulo 71

¡Era tal y como Andre había pensado!

Caleb estaba extremadamente furioso, a tal grado de que sus pulmones podrían estallar en cualquier momento por la ira acumulada. Mientras tanto, Alina pasa la noche con Andre en Shepford Aparments, el piso más lujoso en el centro de Shirling.

Y Caleb se enfadó aún más cuando se enteró de esto.

***

Al día siguiente, Alina se levantó temprano, por parte porque tenía que ir a la Villa Lawson a desayunar con su abuelo y por parte porque echaba de mucho menos a su hija, Penny.

Cuando Alina estaba a punto de salir del apartamento, sonó su teléfono. Era Caleb quien la llamaba.

—¿Dime? —Alina preguntó con frialdad.

—¿Estuviste con Andre anoche?

Ante la pregunta brusca del hombre, Alina, que había estado de buen humor, hizo una mueca fea al instante.

—¿Me estabas espiando? —interrogó ella con un tono ligeramente molesto en vez de contestar.

«¿Por qué este tipo está en todas partes como un fantasma? Ya he huido a Shirling, ¿por qué todavía me molesta? ¿Acaso no iría a parar hasta que yo muriera? ¡Qué fastidio!»

—¿Te quedaste con él o no anoche? —Caleb, sin hacer caso a Alina, repitió su pregunta con un tono más severo.

Aunque no podía verle la cara, Alina podía imaginar lo fea que fuera su expresión y lo enfadado que estuviera él. Sin embargo, ¡a ella no le importaba!

—¡No es asunto tuyo! —con esas palabras, Alina colgó el teléfono sin esperar a que Caleb dijera nada más.

Andre, quien andaba delante de Alina, no pudo evitar quedarse impresionado a ver que esta se atrevió a hablar con Caleb de tal manera valiente y la elogió mentalmente:

«Alina, ¡bien hecho! No te hace falta ser cortés con uno que te molesta temprano por la mañana.»

Al otro lado del teléfono, Caleb ya estaba en al aeropuerto. Ahora que el trabajo de Oklens se había encargado a Ayden, ya no había necesidad de que Caleb se quedara más allí.

Emma estaba sentada al lado de él y Tomas estaba de pie a poca distancia, y ambos sentían que la atmósfera que los rodeaba era un poco incómoda.

Caleb aferraba firmemente su teléfono móvil en la mano, con el rostro muy endurecido.

—Caleb —Emma miró a este con cara triste.

En el fondo, Emma ya sabía que su relación con Caleb se iba distanciando y que ya no eran tan íntimos como antes habían sido.

Ahora a ella ya no le quedaba nada. Nada más que Caleb.

¡Qué irónica era la vida!

Aunque ella volviera a llegar a la cima, ¿qué más daría? Solo se la criticaría una y otra vez. Por mucho que intentara disimularlo, nunca recuperaría su antiguo esplendor. Si fuera así, ¿para qué seguiría aferrándose?

—Voy a fumarme un cigarrillo —Caleb se levantó y se dirigió a la sala de fumado.

Emma miró la espalda de Caleb y luego sus manos vendadas. Poco a poco, sus ojos se volvieron malévolos y crueles, envenenados por odio hacia Alina.

***

Tras recibir una llamada de Caleb, Tomas se dirigió al pasillo cerca del lavabo.

—Señor, ¿puedo ayudarle? —preguntó Tomas respetuosamente.

—Tú y Emma vuelvan a Ingford primero. Voy a Shirling —indicó Caleb en voz baja con un cigarrillo en la mano.

Al oír eso, Tomas se quedó un poco pasmado.

«¿Quiere que vuelva con Emma primero?»

—¿Lo sabe la señorita Bell?

Hablando de Emma, Caleb lanzó una mirada molesta y dijo fríamente:

—¿Qué? ¿Acaso necesito informarle a ella de toda mi agenda?

Dicho eso, Caleb se dio la vuelta y se fue, dejando a Tomas congelado en el mismo sitio.

Emma, que estaba en la sala de espera vip, vio regresar a Tomas, frunció el ceño e inconscientemente miró detrás de él.

Notando su mirada, Tomas dijo respetuosamente:

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