Sr. CEO, ¡perdió mi corazón para siempre! romance Capítulo 185

Dylan apretó los dedos y las articulaciones produjeron un sonido nítido que resonó inquietantemente en toda la playa desierta, mezclándose con el sonido de la marea creciente.

La luz del atardecer se atenuó y la corriente del mar se hizo más fuerte.

Las olas lamían sus pies, empapando incluso el dobladillo de la bata de hospital de Avery.

De repente, Dylan recordó las repetidas advertencias de Liam antes de abandonar la estación de rescate, diciéndole que se asegurara de que las heridas de Avery no entraran en contacto con el agua.

El agua del mar no estaba limpia y estaba repleta de bacterias, lo que suponía un riesgo importante de infección.

El viento húmedo, que traía unas gotas de agua de mar, golpeó el rostro de Dylan y lo hizo volver en sí. Soltó una risa fría.

Si Avery pudiera despertarse a mitad de la montaña y alejarse en el vehículo todoterreno, ¿el agua del mar en su herida sería realmente fatal?

¡Fue ella quien quiso matarlo, no al revés!

—¡Salgamos de aquí! —Dylan se lamió los labios y sintió el sabor a sal que se le extendía desde la lengua hasta el corazón—. La marea está subiendo. Ya no es seguro aquí.

Avery levantó el brazo y se secó las lágrimas. Sus ojos reflejaban una compleja mezcla de emociones: pánico, miedo, desesperación y dolor, como si fuera una anciana que hubiera visto a través de las vicisitudes de la vida.

El odio que albergaba parecía ser reprimido por su abrumador dolor, desapareciendo en el cielo.

Dylan, ante esta versión de Avery, no se atrevió a extender la mano para ayudarla a levantarse. ¿Cómo había podido pasar esto? ¿Lo que se suponía que iba a ser un simple juego de escondite se había convertido en esto?

A Dylan nunca le gustó especialmente el hijo de Avery, ¡pero nunca quiso que Grace muriera!

Se quedó allí un momento, pensando, antes de finalmente extender la mano para ayudar a Avery a levantarse. En cuanto su mano la tocó, Avery reaccionó de repente y se giró para mirarlo.

—Tienes razón, la marea está subiendo y no es seguro estar aquí —dijo con voz temblorosa—. Pero Grace no ha regresado. No me voy. ¡Quiero quedarme aquí con Grace!

Dylan apretó con más fuerza el brazo de Avery. ¿Estaba loca? ¿De verdad creía en sus palabras impulsivas? ¿Pensaba que había ordenado que arrojaran a Grace al mar?

“¿Qué, estás planeando morir otra vez? ¡Saltar al mar requiere más habilidad que saltar a un río!”

Cada palabra parecía diseñada para herir. Cada vez que Avery decía algo que lastimaba a Dylan, siempre tenía más palabras hirientes esperándola.

Lo logró. El esbelto cuerpo de Avery se tambaleó, tan frágil como un trozo de papel que podría volarse con una ráfaga de viento.

Dylan apretó más fuerte su agarre, su rostro se ensombreció, sus ojos entrecerrados reflejaron el pánico de Avery. En los últimos tres años, Avery le había profesado su amor en repetidas ocasiones, ¡pero ella eligió creerle a los secuestradores que apenas conocía antes que a él!

Dylan respiró hondo y apartó a Avery. El asunto aún no había terminado. ¡Independientemente de quién estuviera detrás de esto, no lo dejaría pasar!

¡De lo contrario, temía que su padre viniera a por su vida!

—¡Suéltame, Dylan!

“¡No me toques!”

Avery luchó con fiereza. El brazo y la espalda de Dylan, especialmente las zonas con heridas, se vieron afectados por su resistencia, lo que le provocó un gemido de dolor.

“¡Tenemos que volver!”

-¿No quieres vengar a Grace?

La palabra “vengar” hizo que los ojos de Avery parpadearan. Por primera vez, sus pupilas se enfocaron.

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