Sr. CEO, ¡perdió mi corazón para siempre! romance Capítulo 330

Al verla, un destello de sorpresa cruzó los ojos profundos y ensombrecidos de Dylan.

Sus labios se curvaron y una vaga sonrisa se dibujó en ellos. "Qué visitante tan raro. ¿No estabas demasiado ocupado para venir al hospital?"

Avery mantuvo la calma y condujo a Grace hacia la sala. Le susurró: "Grace, espera a mamá aquí. Voy a ver al médico de cabecera de papá".

—Está bien —Grace asintió obedientemente.

Avery sonrió. Hoy había aparecido con un maquillaje ligero y las cejas sutilmente arqueadas con un encanto inescrutable. Una sonrisa repentina la hizo parecer un arcoíris después de la lluvia, tan impresionante que dejaba a cualquiera sin aliento.

La mirada de Dylan se profundizó mientras continuaba mirando la puerta de la sala incluso después de que Avery se fue.

¿Está viendo a su médico de cabecera?

¿Por qué?

¿Avery no estaba planeando acabar con él todavía?

¡Dylan no podía creer que su madre confiara completamente su cuidado a Avery!

Además, incluso si su madre creía en Avery, ¡él no!

Pensando en esto, Dylan se sentó en la cama y subconscientemente hizo clic para irse.

Pero Grace lo interceptó en cuanto hizo un movimiento: "Papá, ¿a dónde vas?"

"¿Vas a encontrar a mamá?"

Dylan asintió con indiferencia.

Él no se molestaría en mentirle a una mocosa como ella.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Grace. Tiró de la bata de hospital de Dylan y bromeó: "Papá, ¿estás pensando en mamá? ¿No hay un dicho que dice... 'un día separados se siente como tres años'?"

Dylan respondió: "..."

¿No parece realmente que fueron tres otoños?

La hija de Avery no era tan inteligente como Avery; ¡ni siquiera podía recordar una frase tan simple!

Dylan resopló fríamente.

¿Extrañaba a Avery?

Bueno, ¡él pensaba en cómo atormentar a Avery todos los días!

Pero lo que Grace entendió fue sólo una ligera variación de unas pocas palabras.

"Hoy en día los niños saben demasiado. ¡Vayan a jugar a otro lado!", dijo Dylan con una sonrisa burlona, mientras pasaba junto a su pequeño cuerpo.

Sus ojos eran grandes, con pupilas profundas, y su sonrisa era más brillante que las estrellas del cielo.

Dylan no pudo evitar mirarla por un momento más.

¡El mocoso era bastante lindo, excepto por estar lleno de travesuras!

¡Al igual que esa maldita mujer, Avery, estaban hechos del mismo material!

Después de que Dylan se fue, sólo Ivy y Grace permanecieron en la sala.

La manzana que tenía en la mano todavía estaba sin pelar.

Sin nadie alrededor, la calidez desapareció del rostro de Ivy.

Las yemas de sus dedos que sostenían el cuchillo de fruta temblaron ligeramente.

Grace no notó la inquietud de Ivy. Subió a la cama, inclinó la cabeza y preguntó en voz baja: "Tía Ivy, ¿pelaste esta manzana para papá?"

Ivy levantó la vista, la miró fríamente y sonrió: "Sí, ¿Grace también quiere un poco?"

Los ojos de Grace se iluminaron mientras susurraba: "¿Puedo tomar un poco?"

Ivy agarró con fuerza el cuchillo de fruta, ejerció fuerza en su muñeca, quitó el último trozo de piel y le entregó la manzana a Grace.

"Toma, puedes quedártelo."

"Los niños deberían comer más fruta para crecer más altos".

Grace le dio un mordisco. La manzana estaba dulce. Parpadeó y sacó un libro ilustrado de su mochila, leyendo y comiendo al mismo tiempo.

—Grace, ¿mamá y papá se llevan bien? —preguntó Ivy con indiferencia.

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