Sr. CEO, ¡perdió mi corazón para siempre! romance Capítulo 397

En el momento en que se divorciaron, Avery parecía haber cambiado por completo, hablando con enojo a Grace y afirmando que su relación había terminado. A Dylan le costaba creer que Avery hiciera algo así, arruinando su propia imagen frente a Grace. Dylan no era estúpido; sabía que Avery no diría esas cosas.

—Grace, ¿quién te dijo esas cosas? —preguntó Dylan. ¿Fue Ivy?

La pregunta hizo que Grace temblara en los brazos de Dylan como un pájaro asustado. "No puedo decirlo, o me arrojarán a los lobos", susurró.

La mente de Dylan se puso a trabajar a toda velocidad. ¿Así que anoche Grace no estaba inconsciente? Sabía quién se la había llevado. Su tono le resultaba familiar, lo que significaba que conocía bien a la persona. Entre las personas que estuvieron en la mansión anoche estaban Grayson y Cliff, que estaban con él, y otra persona a la que Grace no conocía en absoluto. Matthew y Jarek tenían coartadas. Las posibilidades restantes eran Avery, Ivy y Cooper.

No era probable que Avery fuera el sospechoso, y Cooper tuvo que hacer malabarismos para recogerlo y reunirse con los clientes de FC Group, lo que no le dejó tiempo. Mediante este proceso de eliminación, Ivy era el único sospechoso posible.

A Dylan se le encogió el corazón. Llevaban ocho años juntos y creía que entendía a Ivy. Abrazó a Grace y apretó los labios.

"Papá no permitirá que nadie vuelva a intimidar a Grace".

Los labios de Grace temblaron mientras sollozaba: "¿Es cierto? ¿Mamá es una amante y papá no ama a Grace?"

—¡Claro que no! —Dylan lo negó de inmediato—. Grace, eres la bebé de papá. Papá nunca podría dejar de amarte. ¿Y no confías en tu propia mamá?

Dylan respiró profundamente. Avery podría haber sido una amante y, si no fuera por ella, Ivy no habría cambiado hace tres años. Debería decirle la verdad a Grace. Tal vez entonces la pequeña se quedaría con él.

Sus labios se movieron, pero dudó. "Tu mamá es excepcional y no necesita ser la amante de nadie". ¡No importa! Los resultados de la prueba de paternidad saldrían en unos días y estaba casi seguro de que ella era su hija. Decirle la verdad podría volver a molestarla y sus ojos aún no estaban completamente curados; llorar demasiado sería malo.

Dylan pensó que sus palabras harían que Grace dejara de llorar, pero sólo consiguieron que se lamentara más fuerte. "Entonces, ¿por qué te estás divorciando?"

Dylan quedó desprevenido. No había estado dispuesto a casarse tres años atrás, pero los esfuerzos de Avery la habían convertido en la señora Picard, conocida en todo Silvanburg. ¡Ahora quería el divorcio y lo estaba consiguiendo! ¿El mundo giraba en torno a Avery?

Molesto, Dylan le dio una palmadita en el hombro a Grace. "Papá, ya casi no te veo y mis compañeros de clase dicen que soy un cabrón... No te divorcies. No quiero que la gente diga que no tengo papá... No quiero verte raramente".

Se secó las lágrimas, su carita cubierta de gotitas, luciendo lastimera. Dylan respiró profundamente, secándose las lágrimas de la cara con suavidad. "No llores. Aunque tu madre y yo nos divorciemos, te veré a menudo y te llevaré a la escuela".

Grace seguía molesta, su carita se puso roja de tanto llorar. Dylan continuó: "Grace, ya no puedes llorar más, o tendrás que mantener tus ojos tapados, ¿entiendes?"

Grace se sobresaltó y asintió obedientemente. Sus vendajes estaban mojados por las lágrimas, así que Dylan corrió las cortinas y apagó las luces antes de quitárselos. Los ojos de Grace estaban rojos, lo que la hacía parecer lamentable. Dylan frunció los labios y le frotó la cabeza con suavidad.

"¿Dónde está tu mamá?"

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