Te Quiero Como Eres romance Capítulo 294

Las seis modelos se habían quedado en el escenario por un rato, esperando a que los jueces terminen sus puntuaciones.

Micaela sintió que un escalofrío recorría su pierna, quería ponerse una falda más larga o pantalones.

Había dado un vistazo a la número 3 que estaba a su lado, quien aparecía sin sostén. Y el escote de su vestido incluso llegó al ombligo. De todo modo, ¡no podía aceptar vestirse como así!

Sin embargo, no debería verse tímida en el escenario. Aunque estaba muy nerviosa, su expresión seguía siendo muy tranquila.

Justo cuando un juez cogió el micrófono y se disponía a hablar, el responsable de los organizadores salió de repente y dijo con una sonrisa:

—Hoy, también viene nuestra leyenda del modelismo, el Señor Eric, exacto, el entrenador exclusivo de Micaela. Aunque Eric ya lleva muchos años sin aparecer en el escenario, ¡supongo que su figura aún está presente en la memoria de todo el mundo! Ahora, lo invitamos para que dé un perfecto final a nuestra competición. Un momento, por favor, Eric está maquillándose y cambiándose de ropa, ¡y pronto nos presentará un festín visual!

Tras decir esto, se produjo una explosión de aplausos.

—Eric es una verdadera leyenda en el ámbito de modelo. No ha enseñado a muchos modelos, ¡pero cada uno ha sido ganador de concurso nacional!

—Así es, en otras palabras, una vez que has sido elegido por Eric, ¡ya estás a mitad de camino!

—Por lo tanto, la alta popularidad de Micaela desde que se estrenó tiene que ver con Eric.

—¡Ya vale la pena poder verlo en este desfile!

—Pero él también es de Brillantella, si hay algún secreto?

La gente tenía opiniones distintas.

Adriana apretó los dientes, sintiendo que este show de Eric vino sin razón.

El responsable indicó a los modelos que bajaran y volvieran a su sitio.

Todos bajaron del escenario.

Aún a mitad de camino, Alba ya se le acercó y abrazó a Micaela.

—¡Micaela, eres maravillosa! ¡Te quiero muchísimo!

Tras responderle con un brazo, Micaela se puso a apartarla.

—Alba, ayúdame a quitar el alfiler de la espalda.

Alba no la comprendió. Entonces Micaela se dio la vuelta, le señaló con la cabeza. Alba bajó la mirada y entendió finalmente. Luego se agachó sonriendo...

¡Resulta que la parte delantera de la falda estaba sujetado a la cola de la falda por detrás con alfileres!

¡No era de extrañar que el vestido se cambiara tan rápido!

Después de quitar los alfileres, Alba fijó de nuevo esa parte en la delantera.

Aunque no se veía natural, por fin volvió a ser una falda larga.

Micaela sonrió:

—Alba, realmente me conoces bien.

Alba le pidió que se sentara y le dio agua:

—¡Eso es basura! Dime, ¿cómo se te ocurrió esta manera?

Micaela tomó un podo del agua y explicó:

—Fui la primera que llegó, y pensé que podría conseguir un traje sin duda. Pero cuando vi que ninguna de esas prendas era de mi estilo, me paré unos segundos, y fui empujada por alguien. Luego, después de ayudar a un modelo que había caído, me di cuenta de que ya no se quedaba ningún vestido.

Alba miraba a Micaela nerviosa.

—En el camerino había una fila de tocadores. Parecía que todas las cosas estaban allí, excepto la ropa. Encontré las tijeras en la mesa, y de inmediato pensé en transformar la falda que llevaba.

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