—Es el señor Aguayo. Él te apoya, te protege, pero no interfiere en ti. Con su capacidad, podía evitar todas las situaciones inesperadas, pero él no hizo nada.
Alba se detuvo, y en su cara apareció un poco de vergüenza...
Micaela sintió que un calor corriente atravesaba su corazón, mientras Eric continuaba:
—Solo intenta ayudarte cuando surgen problemas, sin ningún tipo de favoritismo. Él conoce bien tu pensamiento, y resuelve el problema en la forma que quieres.
Micaela sonría. Efectivamente, Carlos siempre pensaba en las cosas desde el punto de vista de ella. Como ella no quería mover los hilos, él mantenía la prueba justa, imparcial, e incluso abierta...
—Por lo tanto, cariño, tu novio no te dará privilegios. ¡La persona que te llevará a la cima del mundo de modelo seré yo! ¡Ánimo!
Micaela asintió sonriendo, sería Eric quien la llevaría a la cumbre en la carrera de modelo, pero la única persona que podía llevarla a la felicidad y la alegría sería Carlos...
Quería ver a Carlos con tantas ganas de repente...
—Señor Eric, ¿podemos regresar a Teladia ahora?
Después de pensar un rato, Eric dijo:
—Hay un banquete esta noche para felicitar a todos los modelos aprobados, al que asistirán numerosos representantes de las empresas. Como la que tiene la mejor puntuación, si no participas, temo que...
Micaela se sentía un poco decepcionada...
—Como artista, a veces tienes elecciones. Si no vas, la gente dirá que los modelos de Brillantella somos arrogantes...
Micaela expresó su comprensión, luego recuperó su humor:
—No pasa nada, entonces regresaremos mañana, lo pregunto solo de paso.
Candy chanceó:
—Veo que Micaela tiene tanta prisa, es para ver a Señor Aguayo, ¿verdad?
—Por supuesto, un día de separación, le parece tres años.
Eric también bromeó.
Micaela se extrañó de que no oír la voz de Alba, puesto que ella le gustaba mucho hacerle bromas...
Vio a Alba que estaba a su lado. Su expresión era un poco rara, pero se recuperó de inmediato y apareció de nuevo la travesura habitual en su rostro:
—Dónde está un día de separación, ¡los dos se vieron anoche!
Los dos le preguntaron inmediatamente con curiosidad:
—¿Cómo? ¿Anoche?
Alba estrechó el brazo de Micaela, elevó las cejas, miró a los dos de enfrente y dijo:
—¡Señor Aguayo vino al hotel anoche!
Candy y Eric se sorprendieron:
—¿Tenéis que ser tan íntimos? ¿No queréis separaros ni un día?
Micaela se sonrojó, no sabía qué decir, tuvo que sonreír tímidamente. Movió el brazo que sostenía Alba y le preguntó:
—¿Nos vistes?
Alba no la vio:
—Sí, justo cuando Señor Aguayo iba a cerrar la puerta. Quería venir a dormir contigo, ¡pero él se me adelantó!
Micaela se enrojeció aún más...
Candy le chanceó con sonrisa, mientras que Eric dio una mirada pensativa a Alba...
Parecía rara su reacción...
Alba se dio cuenta de la vista de Eric sobre ella, entonces se apresuró a sentarse bien y sacó el iPad de su bolso:
—Quedamos aislados durante medio día, ¡a ver si ha pasado algo por Internet!
Al oír eso, Eric y Candy también tomaron sus teléfonos para ver las noticias.
Micaela igualmente sacó su móvil del bolso de Alba, y vio el mensaje de Carlos:
—Felicitaciones, cariño. Eres genial.
Surgió una sonrisa en la cara de Micaela, y su corazón se llenó de alegría y felicidad.
Quería hablar con él por teléfono, pero desistió, pensando que no era el momento. Contestó en WeChat:
—Felicitaciones a ti también.
—¿A mí? ¿Por qué?
Carlos respondió de inmediato.
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