Te Quiero Como Eres romance Capítulo 338

Alba y Micaela se asombraron mucho por el suicidio del asesino.

—Quién es esa persona? —Ernesto preguntó.

—He mandado que la averigüen y me van a enviar los datos muy pronto.

A Ernesto se le ocurrió lo que había dicho el sortero c noche.

—Ese ciego ha acertado. De verdad, a Carlos le ha pasado un accidente… —él dijo.

—No, no se refirió a Carlos sino a mí —Micaela dijo tras un buen rato.

¿Qué?

—El sortero me lo dijo eso. Si hoy no fuera por Carlos, la persona que recibió el disparo sería yo…

Micaela comenzó a llorar otra vez.

Alba y Ernesto se quedaron estupefactos. ¿Acaso Carlos tenía superpoderes?

—Señorita, usted no se culpe. Aunque el asesino ya está muerto, podemos encontrar la verdad a través de su identidad —Diego la consoló.

—¡Es muy posible que sea el mismo que planeó el accidente antes! —de repente, Alba reaccionó.

—Micaela, Carlos se sentirá consolado pese a la herida. Para él, todo merece si estás bien ahora. Si estuvieras herida, preferiría sufrir él mismo —Ernesto dijo a Micaela.

Incluyendo a Alba, todos creían en eso.

Mirando su mano apretada por Carlos, Micaela todavía se sentía muy culpable. Se sentó en la silla y se le encogió el corazón…

—Carlos, lo siento...

Carlos abrió los ojos lentamente y se notaba más consciente que antes.

—Me gustaría escuchar otras palabras más significativas —mirándola, Carlos dijo.

—Carlos, solo te amo a ti —Micaela dijo sin reflexionar.

Él se puso un poco asombrado. Como estaba boca abajo, trató de levantarse con la mano que no estaba tomando a Micaela. Pero le dolieron las espaldas al intentarlo…

—No te muevas, Carlos. ¡No te levantes!

Todos todavía estaban atónitos por la declaración de amor de Micaela. Dándose cuenta de que Carlos se había despertado, ellos se les aproximaron.

—Carlos, no te muevas. ¿Te atreves a recibir el disparo y la operación, pero no puedes descansar un poco? —Ernesto le dijo.

Carlos se sintió un poco desalentado por no poder abrazar a Micaela…

—Micaela, te amo, ¡muchísimo! —él dijo mirándola.

Micaela se enrojeció.

—Quería decirte que te amo muchísimas veces, pero me daba vergüenza. Cuando estábamos en el parapente, quise decírtelo pero no me atreví. Cuando estaba inconsciente, me sentía muy arrepentido. Debería decírtelo más antes. Aunque me entiendes, debo decírtelo en persona. Micaela, te amo, solo te amo…

A Carlos le costó decir tanto…

Ella lloró de emoción.

—Carlos, también te amo, solo a ti —ella le dio un beso sin importar los demás.

Capítulo 338: Micaela, te amo, solo te amo… 1

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