Te Quiero Como Eres romance Capítulo 395

Micaela le miró los ojos encantadores a Carlos que estaba sentado en el asiento del conductor.

Si no quedaba entre los cinco primeros, volvería en no más de medio mes, y si lo hacía, no podría verlo en un mes, por lo que Micaela se sintió aún más molesta y se ofreció a abrazarlo.

—Carlos, si no voy a la competencia porque no quiero separarme de ti, ¿me regañarás?

Charles le acarició la larga cabellera, olió su aroma, y también se mostró reacio a soltarla.

—Por supuesto que no, pero te arrepentirás.

Por supuesto que no se rendiría, simplemente no quería separarse de Carlos.

—¿Por qué las reglas de Concurso Super Ángel son tan extrañas, por qué hay concursos cerrados? Es tan molesto...

—¿Entonces le dejo que lo cambie?

—¡No lo necesito! —Micaela inmediatamente sacudió la cabeza—. No está permitido hacer eso. ¿Lo sabes?

Micaela se detuvo de repente, sabía que Carlos nunca había hecho tal cosa.

—Nos vamos a separar pronto, ¿tienes algo más que decirme? —Carlos sonrió.

Sabiendo que solo trataba de relajarse, Micaela pensó seriamente y dijo:

—No está permitido mirar a otras chicas, fumar o beber mientras yo no esté. No te quedes despierto hasta tarde y solo puedes soñar a mí, ¿de acuerdo?

—Bien, lo recuerdo —Carlos la besó y dijo.

Su voz era tan buena que Micaela pensó que no podría quedarse aquí más, respiró profundamente y estuvo a punto de hablar, pero primero le oyó decir:

—Te amo, solo a ti.

Micaela sintió que su corazón latía rápidamente y quiso responderle, pero le oyó continuar:

—Vuelve y dime lo que quieres decir, de lo contrario no podré resistir tu tentación.

Definitivamente, daría la vuelta al coche y la llevaría a casa...

Micaela se sonrojó aún más, ayer los dos estuvieron juntos todo el día, ella pasó la mayor parte del tiempo en sus brazos, incluso sintió sus impulsos, pero él ni siquiera hizo más, solo para dejarla descansar bien.

Así que ella ahora estaba llena de espíritu.

Micaela le miró con seriedad, respiró profundamente, se retiró de su abrazo y se giró para abrir la puerta.

Carlos también salió del coche y la ayudó a sacar la maleta del asiento trasero.

Ernesto, Leonardo, Eric, Alba y Olivia se acercaron y todos saludaron a Carlos.

Este asintió y dijo a Alba y Olivia:

—Cuidad bien a Micaela.

Los dos asintieron apresuradamente.

Luego miró a Ernesto y Leonardo, haciéndoles un gesto para que se fueran.

Estos dos hombres también se despidieron de sus novias.

—¡Alba, tienes que echarme de menos! —Ernesto dijo como una nuera agraviada.

—¿Y tú? —Alba contuvo la risa y preguntó.

Ernesto no dudó en decirlo:

—¡Claro que te echaré de menos, te echo de menos sesenta y una veces por minuto!

Todos se rieron. ¿Cómo pudo pensar en ella 61 veces en solo 60 segundos por minuto?

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