Te Quiero Como Eres romance Capítulo 709

Carlos se levantó, le cogió la mano con una y le pellizcó la mejilla con la otra.

—El Sr. Martínez me llamó una vez después de ser hospitalizado y me pidió que fuera a verle, fui y sí me dijo esto, pero para entonces ya lo había comprobado y esa pregunta que me hizo, también era cierta.

Unos labios finos se acercan y la mordisquean.

—Chica crees que me lo estoy inventando, ¿eh?

Micaela enterró la cara en sus brazos con cierta vergüenza.

—El Sr. Martínez tuvo la previsión de pensar en mí por miedo a que cuando se fuera esto estallara y nadie le diera explicaciones a Katarina, sólo, que no pensara que se había adelantado.

Micaela asintió, reconfortada por la idea de que, afortunadamente, tampoco suponía una gran diferencia...

A mitad del día, Micaela volvió a mirarle.

—Entonces, ¿por qué de repente estás investigando cosas sobre el Sr. Martínez?

Carlos le dio un beso en los labios.

—O no, porque alguna chica se preocupó demasiado por su amigo y pensó que podía ayudar controlando a Antonio, y una vez que lo hizo, volvió al Sr. Martínez.

Por esta razón, también siente que está siendo prácticamente una pista falsa...

Micaela se ruborizó al instante y se sintió abrumada. Carlos la cogió de la mano y quiso subir, pero Micaela se negó.

—Un momento, Katarina aún no ha entrado, seguro que se queda.

Carlos no insistió, alargó la mano y le cogió la barbilla con una pizca de maldad en los ojos.

—Chica, no te quedes con ella por la noche, tienes que dormir conmigo.

Micaela se sonrojó un poco.

Carlos le dirigió otra mirada profunda, le soltó la mano y subió primero.

Al otro lado de la puerta, Antonio estrechó a Katarina entre sus brazos para darle un largo y apasionado beso antes de soltarla.

Sabiendo que ella estaba decidida a no volver con él hoy, no insistió, sólo tuvo que besarla a través de...

La mano de Katarina volvió a la nuca, el moño que se había golpeado anoche bajaba un poco más que por la mañana, y eso le tranquilizó.

Pensando en que acababa de derramarle un vaso de agua en el restaurante, le ofreció una disculpa.

—Antonio, lo siento, fui demasiado impulsiva y no debí tirarte agua encima.

Antonio picoteó sus labios rojos dos veces más.

—No se aceptan disculpas verbales, quiero el pago físico...

Katarina le golpea con un puño en el pecho.

—Vuelve ahora y ten cuidado en tu camino.

Antonio la soltó y le frotó la cabeza.

—Katarina, buenas noches.

Entonces date la vuelta y vete.

Mirando a su espalda, Katarina de repente se arrepintió un poco de nuevo, de hecho, no está relacionado con él para volver...

Es que aunque está mucho más aliviada que antes, sigue sintiendo un bloqueo en la cabeza y siempre se pregunta si hay algo que se le ha olvidado y quiere un poco de paz y tranquilidad...

Poco después, Katarina entró y Micaela se acercó para ver su rostro dulcemente enrojecido, sus labios rojos e hinchados, su boca levantada en una sonrisa...

Las dos subieron juntas. Katarina se había duchado al levantarse de la siesta, pero cogió el pijama que le dio Micaela y fue al baño a lavarse de nuevo, y cuando salió, Micaela estaba sentada en el borde de la cama.

bromea Katarina.

—¿Qué, quieres quedarte aquí conmigo? ¿Puede su familia Sr. Aguayo ponerse de acuerdo?

La chica se sintió de repente un poco avergonzada...

—No dices nada, ¿quieres hablar más conmigo?

Katarina se sentó a su lado y preguntó.

—Entonces, ¿quieres esperar a que termine antes de ir allí?

Micaela asiente con la cara roja.

Katarina se echa a reír.

—Micaela puedes ser realmente honesta, lo que hay que decir ahora, y, ¿dónde está el final de las palabras...

Katarina se detuvo de repente, una sonrisa de felicidad se dibujó en su rostro mientras se sentaba junto a Micaela, su cabeza descansaba en el hombro de Micaela, su voz se suavizó un poco.

—Pero hay algo de lo que quiero hablarte ahora.

Micaela ladeó ligeramente la cabeza, curiosa.

—Bueno, soy todo oídos.

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