Tener hijo con mi mejor amigo romance Capítulo 16

Punto de vista de Kelly

No tenía la intención de lastimarlo, pero necesitaba decirle la verdad en su cara para que se diera cuenta cuál era el problema y que supiera qué había salido mal.

"¿Se encuentra bien, señorita?".

Miré fijamente a Luke quien conducía en el asiento del conductor: "¿Crees que puedo olvidarlo?".

"Lo hará si quiere, señorita", respondió sin quitar la vista del camino y sonreí.

Luke había sido mi conductor durante casi dos años. Él debía ser quien mejor sabía lo que realmente estaba pasando entre Pierce y yo. Además, lo consideraba un amigo de confianza.

Él me abrió la puerta al llegar al condominio y me dirigí rápidamente a la cocina a tomar agua, pero cuando estaba a punto de ir a mi habitación, vi a Luke hablando con alguien detrás de la puerta entreabierta.

"La mantendré a salvo, señor", dijo Luke e inclinó levemente la cabeza.

La persona que estaba afuera tocó el hombro de Luke y mi corazón dio un vuelco al ver una mano familiar con dos anillos de boda en el dedo anular. Su anillo de bodas y el mío.

De repente, le di la espalda cuando Luke cerró la puerta. Estaba a punto de ir a mi habitación cuando habló… "El sr. Anderson trajo comida, señorita".

"Ya luego", respondí brevemente y fui a mi habitación. Cerré la puerta y me senté en la cama. Me palmeé la cara y sacudí la cabeza.

¿P... Por qué Pierce todavía llevaba eso? Estábamos divorciados. Conservar esos anillos no podía tener ningún sentido. Ya había tomado su decisión cuando pidió el divorcio. Eligió a Lexi, en lugar de a mí.

Fui a la mesita de noche y abrí el armario. Los documentos sobre los bienes que había obtenido del divorcio estaban ahí. Incluyendo mi pasaporte. Una vez que tuviera la oportunidad, dejaría el país.

No negaba ser una cobarde, y sabía que Pierce no se detendría. A veces se parecía más a un niño mimado en nuestra relación. Pero tenía que dejarlo por mi bebé.

Mi carta de renuncia estaba lista, solo esperaba el momento adecuado, una excusa adecuada, dejaría tranquilamente esa tierra donde había hecho innumerables recuerdos.

Después de todos los momentos íntimos que habíamos tenido durante los últimos tres años, no podía volver a la posición de ser su mejor amiga y ver lo dulce que sería con Lexi. Eso sería suficiente para matar mi vida.

Tenía que dejarlo para poder concentrarme en mi bebé.

Me levanté y me quité el vestido. Lo dejé caer al suelo mientras miraba mi propio reflejo en el espejo frente a mí. Estaba a punto de quitarme la ropa interior cuando escuché que algo chocó contra la puerta de vidrio. Salté del shock y grité cuando vi algo flotando en el aire.

"¡Luke!" Pedí ayuda mientras agarraba el edredón y cubría mi cuerpo desnudo antes de que Luke entrara a la habitación.

"¡El dron!" Lo señalé y él rápidamente caminó directamente hacia el balcón tratando de alcanzar un dron que se alejaba volando. Maldijo y cerró la puerta de cristal. Caminó hacia mí y me ayudó a levantarme. Mis manos temblaban por la combinación de miedo e ira.

"Vayamos a un lugar seguro, señorita".

"¿D... Dónde?".

Hizo una pausa y me miró. "A la casa del Sr. Anderson".

Me detuve y lentamente miré hacia atrás, observando al hombre que estaba a unos metros entre Lexi y yo. Siguió mirándonos a ambas alternativamente con dolor y confusión en sus ojos.

"Lex, por favor...". Suplicó.

"No, Pierce. Si das un paso más, no tendrás tu oportunidad conmigo", dijo Lexi con confianza.

Pierce sacudió la cabeza y luego me miró. Sus ojos me rogaban que me quedara. Él siempre me obligaba a hacer lo que para que todo saliera como él quería.

"Vámonos, Luke", ordené mientras regresaba al auto. Escuché a Pierce llamarme, pero no dio otro paso. Tenía tanto miedo de perder a Lexi que decidió perderme a mí.

¡Era obvio! Sabía a quién iba a elegir. A Lexi. Siempre había sido Lexi.

Luke había pensado que estaría a salvo ahí, pero estaba equivocado. Entre todos los lugares de este mundo, corría un gran peligro ahí.

Tan pronto como el auto empezó a moverse, las lágrimas rodaron por mis mejillas. Empecé a llorar en silencio hasta que no pude más y estallé en lágrimas dejando salir todo el dolor de mi corazón. Luke conducía silenciosamente a mi lado, ignorando por completo mis fuertes sollozos.

Mis hombros temblaban mientras me cubría la cara con la palma. Pensaba que no iba a volver a llorar y que había aceptado el hecho de que él jamás me iba a elegir, pero estaba equivocada.

Había sido muy doloroso verlo elegirla a ella y no a mí.

Había sido tan estúpida por mirar hacia atrás y esperar que él me siguiera. Era tan estúpida e indefensa. Nunca aprendía nada. ¡Debía aprender!