Tener hijo con mi mejor amigo romance Capítulo 76

Punto de vista de Emily

Subía al asiento del conductor y vi que Kelly me observaba. Sin duda estaba agotada, pero en sus ojos ya no se reflejaba el miedo de la noche anterior. Arranqué el motor y me alejé, mientras tanto, marqué un número de teléfono y me puse el auricular.

"¿Hola?".

"Me estoy yendo".

"¿Se encuentra bien? No está herida, ¿verdad?".

Puse los ojos en blanco y miré por el espejo lateral una vez más. Kelly estaba cerrando la puerta.

"Ella está bien. Ya te lo dije anoche, no está herida".

Lo escuché suspirar aliviado, negué con la cabeza y sonreí.

"La trataste bien, ¿verdad? Te lo advierto, si no lo haces, me las pagarás".

Me burlé: ¿Crees que no tengo corazón? Anoche esa muchacha estaba aterrada. Si hubieras visto su cara mientras huía de ese desgraciado, la compadecerías".

"Asegúrate de que ella esté a salvo. No te perdonaré si Carver la encuentra".

"¡Sí, sí! ¡Ey! ¿Qué tal mi auto? Lo compré hace poco".

"Ve a buscarlo al río".

Mis ojos se abrieron como dos platos. "¿Qué demonios?".

"Tengo que colgar".

"¡Espera! ¿Qué río? ¿Dónde está? ¡Ey!".

Apreté los dientes y le di puñetazos al volante. "¡Maldito! ¡Mi auto! ¡Ay, Dios mío!", maldije para mis adentros.

Continué mi camino afligida sin dejar de despotricar.

Conduje todo el día y, cuando llegué a casa, fui directo a la cocina a beber un poco de agua.

Allí una de las sirvientas se me acercó y me informó: "Señorita Emily, su padre quiere verla en la oficina".

Me encogí de hombros con pereza, y fui al despacho de mi papá. Empujé la puerta doble y entré sin pedir permiso, una vez dentro, vi que un hombre que me resultaba muy familiar estaba sentado en el sofá con mi papá.

Fue inesperado, quedé perpleja.