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THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN romance Capítulo 1

¡Estamos de nuevo por aquí!

Escribiré aquí hasta que vuelvan mis inspiración para los especiales.

Gracias por leer.

***

—Osito —Jess acarició la cabeza de su hijo—, no se debe tomar las cosas de otros niños, sabes que hurtar está mal.

—¡Yo no robe nada! —se defendió Dantalian—. Les devolví sus tontos juguetes.

—Romperlos y lanzarlos a su cara no es devolvérselos Dan —Jessy suspiró—, tienes que entender que lo que hiciste está mal.

—Ellos se estaban burlando del señor Toto —gruño tiernamente Dantalian—, no quiero que se burlen del señor Toto, él es sensible.

Toto era un oso tallado en madera que Kenai le había regalado. Jess podía entender que los niños señalaran el oso, era tétrico y de noche podía sacarte un buen susto. Kenai hacía figuras de piezas de madera unidas por una soga interna que los hacía mover como si fueran títeres. Descubrieron que Dantalian y Kenai tenían un gusto en común por juguetes que parecían sacados de una casa de terror.

Kenai le regalaba algunas de esas figuras a Dantalian. Jess se sentía observada cuando limpiaba la habitación de su hijo. Las figuras de animales con grandes ojos huecos la miraban fijamente y Jess juraba que alguno se movía sutilmente.

El favorito de Dantalian era Toto, un oso bastante grande y pesado para un niño normal, era de la mitad de tamaño de Dantalian. Pero a su hijo le encantaba, Jess últimamente se preocupaba porque su hijo jugaba a que Toto secuestraba y mataba a sus otros juguetes de madera.

Iba a pedirle seriamente a Kenai que dejara de hacerle juguetes a su hijo.

—Por favor osito —Jess miró suplicante a su hijo—, prométeme que no te meterás en más problemas. Si algún niño te molesta tienes que decirle a tu profesora, no atacarlos. Si lo vuelves a hacer te sacarán de la escuela. ¿Quieres dejar de aprender?

Dantalian negó con la cabeza triste, el puchero empezó a temblar y Jess lo abrazó inmediatamente.

—Es…es que los niños me molestan porque soy muy pequeño para estar en esa aula —dijo Dantalian intentando hacerse el fuerte.

La escuela lo había adelantado dos grados, porque al parecer Dantalian era un niño superdotado y aprendía mucho más rápido que los de su edad.

—Puedo hablar con la escuela para que te devuelva al grado que corresponde a tu edad —Jess se le rompió el corazón al ver a su hijo triste.

—No, los de mi edad apenas están aprendiendo el abecedario mamá —se quejó Dantalian—, me aburro mucho en esas clases.

—Entonces hablaré con algunos padres, el hijo de Wasilla está en tu clase, le regalare algunas bayas que recolecto que tanto le gustan para que juegue contigo ¿está bien?, solo tienes que ser paciente mi niño, al ritmo que creces. Creo que sobrepasarás a tus nuevos compañeros pronto y no te molestarán más.

Antes de que Dantalian pudiera contestar, la puerta se abrió sorpresivamente haciendo que los dos saltaran asustados de su cómodo nido de mantas que habían hecho cerca de la chimenea.

—¡Qué frío tan horrible hace aquí! —exclamó Gunnar entrando con algarabía—, hasta me había olvidado de lo feo que me congelo aquí ¿pueden creerlo?

—¡Tío Gunnar! —exclamó Dantalian soltándose de los brazos de su madre y corriendo hacia el hechicero.

—¡Dantalian! —Gunnar lo atrapó y lo alzó—. ¿Por qué cada vez que regresó has crecido demasiado?

Tío y sobrino empezaron a hablar animosamente, Dantalian empezó a reclamarle porque se había ido tanto tiempo y a preguntar qué estaba haciendo. Gunnar evadía muy bien sus preguntas sacando regalos de una bolsa que parecía no tener fondo. También sacó muchas provisiones y comida para ellos.

—¿Nada de esto es robado cierto? —dijo Jess con amargura sin verlo a los ojos—. No quiero darle ese ejemplo a mi hijo.

Gunnar vio como Dantalian intentaba llevar sus nuevos juguetes a su habitación.

—Todo lo compre Jess —dijo dócilmente—, sé que estás molesta por…

—Seis meses Gunnar —Jess lo asesinó con la mirada—, seis meses sin saber nada de ti, ninguna carta o alguna nota. Creí que estabas muerto o algo parecido. Dantalian me preguntaba todo el tiempo por ti y no sabía qué decirle.

—Me metí en muchos problemas —Gunnar tomó una de las bolsas de pasas y frutos secos que había traído y empezó a comerlo—, me atraparon en una villa de cazadores, que para mí mala suerte recibió visita de un cazador externo que me conocía antes de borrarme los tatuajes de la cara.

—¿Conocías cazadores? —preguntó Jess más preocupada que enojada.

Gunnar miró a Jess, no creía conveniente decirle que aquel cazador fue uno de los que peleó con él para que no se la llevara en aquella montaña en el Reino de los hombres lobos. ¿Qué hacía ese cazador ahí?, no lo sabía, pero estaba seguro de que era él y el cazador supo que Gunnar fue el que secuestró a Jessy.

—Luche con él hace años —Gunnar le quitó importancia con un gesto de la mano—, la cosa es que me reconoció, así que tuve que escapar con prontitud. Después me metí en algunos problemas más y me escondí en otro lugar algún tiempo porque creí que si venía directamente aquí podrían rastrear mi magia.

—¿Siguen rastreando hechiceros?

—A los que usamos magia negra si —asintió Gunnar haciendo un gesto de disgusto—, yo casi ni la uso porque las cosas han cambiado demasiado. Ya sabes que ahora hay un congreso de hechiceros, que se han unido a los hombres lobos y cazadores para eliminar a hechiceros de magia negra. No es que yo quiera usarla, pero la esencia aún sigue en mí.

—No entiendo porque tienes que irte de aquí —Jess les sirvió a los dos un poco de infusión de hierbas—, por la diosa, dime que trajiste azúcar.

Gunnar sacó varios kilos de azúcar de su saco.

—Ha subido mucho el precio aquí —dijo Jess tomando el azúcar como si fuera oro—, los humanos saben que no tenemos mucha opción de comprarlo en otro lado, así que duplican su precio para nosotros, es horrible.

—Sabes que intento quitarme todas estas runas del cuerpo —Gunnar enseño el comienzo de su cuello donde aún seguían esos tatuajes de runas—, son magia negra pintada sobre mi piel, jamás estaré a salvo mientras las tenga y sabes lo difícil que son quitarlas y lo difícil que es conseguir las cosas que necesito para hacerlo.

CAPÍTULO 1.- tercer fragmento 1

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