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THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN romance Capítulo 20

—Necesito que me des una explicación razonable en este momento Liana —Jaime se cruzó de brazos, mirando furibundo a su hija—, porque si me dices que has dejado la primera misión que tiene el escuadrón del príncipe para estar con Auguste, voy a pedirle a Liam personalmente que te retire del escuadrón.

Liana tuvo diferentes escenarios en su cabeza, sopesando los diferentes caminos que podía tomar en cuestión de segundos. Viendo los pro y contras que podría causar las mentiras que la podían sacar de apuro. No obstante, ella sabía que al final todo se sabría, todo saldría a la luz y mentirle a su padre haría que él desconfiara de ella.

Todo esto lo pensó mientras Jaime intentaba sacarle alguna palabra.

Escucho voces en la segunda planta que Jaime también detectó, probablemente él podía escuchar mejor por su audición de hombre lobo.

Cuando empezó a olfatear el lugar supo que no podía ocultar nada.

—¿Quiénes están aquí? —Jaime alzó una ceja—, es un olor peculiar.

—¿Traes tu oculta olor puesto?

—¿Perdón?

—¿Papá traes tu tapa olor puesto?

Jaime frunció más el ceño mirando detenidamente a su hija.

—Siempre lo traigo puesto.

—Entonces Auguste no sabrá que estuviste aquí.

Liana no le dio opción de responder, tomó de la mano a su padre y salió por la puerta trasera de la mansión que estaba en la cocina. Su padre estaba sorprendido, pero no dudó en seguir a su hija.

Los dos se ocultaron en el bosque cercano, no tan lejos del jardín de la mansión de la manada francesa.

—Quédate aquí y vendré a contarte qué está pasando.

—Liana —Jaime ya no parecía molesto, sino preocupado—. ¿Quiénes están en esa casa con ustedes?

—Bael encontró a Jessy.

Jaime abrió los ojos de la impresión.

—¿En las tierras libres? —pregunto mirándola como si no creyera lo que decía.

—Es una historia algo rara y necesito ir ahora mismo a decirle a Auguste que estaré tomando aire un momento para que no me busque —Liana retrocedió un poco—, papá se supone que no deberías saber esto.

—Hay un niño en la casa —Jaime miró en dirección de la mansión—, lo huelo desde aquí.

A Liana le empezó a doler la cabeza.

—Jessy tiene un hijo de casi 6 años igual a Bael —Liana vio como su padre palideció—, por favor no hagas nada hasta que vuelva a contarte qué está pasando. Espérame aquí y no le llames a nadie, en especial a mi tío Alan.

Jaime asintió y Liana corrió de nuevo a la mansión entrando a la cocina, se sirvió el vaso de agua con rapidez mientras escuchaba a Auguste bajando las escaleras. Se tomó el vaso con agilidad y lo terminó cuando su mate ingresó a la cocina.

—¿Mon Amour? —Auguste cambió su sonrisa al ver a Liana agitada—, ¿Estás bien?

Liana asintió con la cabeza mirando el lavadero donde estaba parada.

—Es solo que recién puedo sopesar todo lo que pasó en tan poco tiempo en las tierras libres —dijo mirando el vaso vacío en sus manos—, pasó tantas cosas en tan poco tiempo. Me preocupan los chicos.

—Los que deberían temer son los que se enfrentan a ellos —Auguste la abrazo por la espalda—, ma vie, te doy fe de su destructivo poder, he sido víctima de ellos solo por amarte y darte mi humilde y frágil corazón, así que te afirmo que estarán bien.

Liana se dio la vuelta para verlo cara a cara y Auguste asaltó su rostro para besarla con pasión. Eso hizo que desconectara un minuto de su realidad.

—Le contaste a Jessy sobre su pasado ¿no es cierto? —preguntó Liana acomodándose el cabello.

—No todo, aun me faltan algunas partes, pero estoy intentando contárselo de la mejor manera posible sin abrumarla demasiado —explicó el alfa francés.

—Creo que no hay mejor persona que podría habérselo contado —Liana acarició su cabello—, ve a terminar de contarle todo después de que acueste a Dantalian, yo quiero caminar un poco por el bosque para despejar mi mente.

—Está bien —Auguste beso su mejilla—, aun me falta contarle la peor parte, más que nada aborde su niñez y le hable sobre su padre. Me falta contarle en que la convirtió su madre.

—Tu tampoco tienes la culpa ¿Entiendes eso verdad? —Liana sujeto sus mejillas para que la mirara a los ojos—, ¿sabes que no tienes la culpa de nada verdad?

—Pude haber sido un mejor primo —Auguste junto sus frentes—, ahora es mi momento de reivindicar, no te preocupes mon amour, estoy bien y haré todo lo posible para que mi familia esté mejor. Mañana hablaremos con más tranquilidad de todo lo que viviste en las tierras libres ¿bien?

Auguste la besó por última vez antes de volver donde Jessy y seguir hablándole sobre su pasado. Liana espero escuchar que entraba a la habitación para salir de nuevo al bosque caminando con tranquilidad hasta que no estuviera en el campo de visión por si Auguste por alguna razón la miraba por la ventana. Una vez los árboles la taparon, camino más desesperada buscando a su papá porque no estaba donde lo dejó.

¿Acaso volvió al palacio para dar alerta de quien estaba en la mansión la manada francesa?

Liana quería llorar de las emociones encontradas en su interior.

Entonces encontró a su padre sentado en un tronco caído y viejo, Liana se acercó a él y de pronto noto lo mayor que era. Las canas empezaban a cubrir buenas partes de su cabellera y las marcas de expresión eran más presentes.

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