¡Hola!
Perdón por subir el especial a los dos libros, fue un error que aun no entiendo cómo sucedió. Ya lo borre el que estaba aquí y está disponible en el libro anterior como debe estarlo ya que es un especial.
Como escribí en el especial, me cree un i*******m para comunicarme con ustedes y explicar a tiempo cosas como estas.
Pueden buscarme como: angiel.afk
Cuidense mucho y disfruten el capítulo.
***
—Hey Dantalian no te alejes tanto —dijo Jess mirando a su hijo algo temerosa—, estamos algo alejados de la manada, puedes perderte.
Dantalian siguió jugando en la nieve.
—Podría quedarme aquí por años —hablo Gunnar arreglando se mas la ropa para abrigarse—, y jamás me acostumbrare al maldito frio.
—Vamos deja de quejarte, prácticamente no habías puesto un pie afuera de la cabaña desde que has llegado —se quejó Jess—, yo me sentiría atrapada si me quedara todo el tiempo ahí.
—La cabaña es cálida y reconfortante —replicó Gunnar—, puedo sentarme a leer todos los libros que he traído mientras tomo un delicioso chocolate caliente.
—Ya lo estás terminando, por cierto —Jess siguió acomodando las piedras para que prendieran fuego encima de esta—, tendré que ir al pueblo por más.
—Cuando vuelvas al pueblo tienes que renunciar a ese trabajo —Gunnar frunció el ceño—, vendí algunas cosas, tengo dinero suficiente para lo que falta.
—¿Qué vendiste? —Jess lo miro recelosa—, hace años que vendiste todas tus joyas.
—Bueno, puede que robara una cosa o dos de la manada donde me atraparon —Gunnar se achicó ante la mirada enojada de Jess—. ¡Ya sé, ya sé!, sé que te prometí que no robaría más, pero esos idiotas me golpearon mucho y sé que hubo un hechicero antes que yo que torturaron hasta la muerte, que les robara cosas es lo menos que se merecían.
Jess suspiro.
—Con mi dinero y mi magia para ayudar a la manada estaremos bien Jess —hablo Gunnar—, cazare varias cosas si es necesario, dentro de unos días lanzaré un hechizo aturdidor a algún venado y tendremos carne para un mes para ustedes.
Jess asintió.
—No es necesario que deje mi trabajo —dijo Jess—, no siempre estarás aquí para ayudarme y tampoco es tu obligación, podría ahorrar un poco.
—Ya no me iré —Gunnar le sonrió—, ya no me iré ¿bien?, creo que sería peligroso si lo hiciera y ustedes me necesitan más aquí. Yo podría guiar los estudios de Dantalian, dios sabe que la escuela de la manada no está capacitada para este pequeño prodigio. Le compraré más material escolar para ocuparle el tiempo.
—No tienes que dejar de viajar por nosotros —Jess empezó a arreglar los leños encima de la cama de piedras—, y tampoco es tu deber, nunca podré pagarte por todo lo que haces por nosotros.
—Ustedes son mi familia y no te quiero volver a escuchar decir que no son mi deber —Gunnar lanzó un hechizo a los leños para que se prendieran—, yo jamás podré pagar lo que te hice, así que estamos atados de por vida.
—¡Kenai!
Escucharon a Dantalian llamar al chico, levantaron la vista y vieron al pequeño correr como pudo entre la nieve a Kenai solo en shorts caminar con dos liebres sin piel.
—Siempre liebre —Gunnar chasqueo con la boca—, debería esforzarse más si quiere ganarte. Aunque claro, igual no tiene oportunidad el pobre.
—Cállate —siseó Jess mirando con ojos reprobatorios a Gunnar—, se los trae a Dantalian, la liebre es su favorita para comer.
—Oh, en ese caso es más astuto de lo que pensé —le lanzó una sonrisa sínica—. ¡Quiere ganar tu corazón ganándose a tu hijo!
Jess le dio un manotazo.
Dantalian vino colgado de Kenai mientras este le balanceaba de un brazo.
—¡Que bien que ya prendieron el fuego! —Kenai reía junto a Dantalian—, estas liebres están listas para ponerse a la brasa.
Jess y Kenai empezaron a preparar todo mientras Gunnar jugaba con Dantalian para mantenerlo lejos del fuego. El pequeño había querido ayudar.
—Ven tío —Dantalian empezó a arrastrar a Gunnar—, quiero enseñarte algo.
—¡No se vayan tan lejos que ya va a estar la comida! —grito Jess cuando los dos se adentraron en la parte boscosa.
—Dan no vayas más lejos —Gunnar le sonrió—, soy muy viejo para caminar tanto.
Dantalian paró de caminar, se dio la vuelta y Gunnar se enterneció cuando Dantalian intentaba parecer serio.
—¿Eres mi tío de verdad cierto? —dijo el pequeño Dantalian frunciendo el ceño.
—¡Claro que lo soy! —hablo Gunnar divertido—. ¿Jugamos a preguntas capciosas?
—¿Mi papá era tu hermano o algo así? —volvió a preguntar Dantalian—, porque no te pareces a mi mamá.
La sonrisa de Gunnar se borró.
—No tienes la edad para responderte eso —Gunnar suspiro—, hay cosas de las cuales no entenderías por tu edad.
—Puedo hacer magia —dijo Dantalian algo desesperado—, magia como tú.
Gunnar sintió que se le paró el corazón. Miro al niño, tan serio y hablando con tanta propiedad que no parecía de su edad.
—¿Enserio? —Gunnar se obligó a sí mismo a sonreír—. ¿Puedes hacer magia?
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