Tu Leti Ya Está Muerta, Llámame Leticia romance Capítulo 272

Ella aún no sabía que, en el pasado, la forma en que lo miraba era tan apasionada.

Al ver todo esto, las lágrimas de Leticia brotaron y su odio hacia Israel creció aún más.

Después de todo, fue él quien destruyó poco a poco lo que debería haber sido hermoso.

Esa noche, Israel, que tenía fiebre y estaba mareado, tuvo un sueño.

Soñó con un tiempo en el pasado cuando estaba enfermo y Leti cuidaba de él.

Ella lo consolaba para que tomara la medicina, le bajaba la fiebre...

Le acarició la cara y le dijo algo, pero cuando Israel se despertó, no pudo recordarlo.

Solo recuerda que los hermosos ojos de ella estaban llenos de lágrimas, lo que le dolió mucho el corazón.

A la mañana siguiente.

Israel salió atolondrado de su habitación y Leticia, ya vestida para el día, estaba desayunando en el comedor.

El desayuno era nutritivo pero casi todo lo que Israel no le gustaba comer.

Estrictamente hablando, el desayuno del Sr. Herrera siempre era tostadas de pan integral, mantequilla de maní y café negro.

Israel se sentó frente a ella.

Se sirvió un vaso de leche y tomó un pedazo de pan con queso al azar.

"¿Dormiste bien anoche?"

Preguntó él.

Leticia ni siquiera lo miró: "Bastante bien, solo que tosías demasiado fuerte".

Israel: "..."

"¿Cómo llegué a mi habitación anoche?" preguntó de nuevo.

Leticia le echó un vistazo: "¿Me estás preguntando? Estaba en mi habitación".

Israel: "..."

Él no dijo nada más, suponiendo que fue solo un sueño.

Israel: "..."

Probablemente preocupado de que Leticia no quisiera cenar con él.

Al finalizar la reunión.

Israel sugirió una cena juntos.

Leticia no escapó y lo siguió al comedor principal.

Una vez en la mesa, el tema de la conversación era mucho más amplio que en la sala de reuniones.

Al principio, nadie se atrevió a mencionar el asunto entre Leticia e Israel.

Un valiente, en medio de la conversación, levantó la copa de vino y propuso un brindis para Leticia e Israel.

"Sr. Herrera, ¡todavía no he felicitado oficialmente a los dos por sus buenas noticias!" dijo con alegría, "El Sr. Herrera ya no es tan joven, así que apúrate a casarte y tener hijos".

"Gracias por tus buenos deseos". Israel realmente disfrutó de este tipo de bendiciones.

¡Él y Leti deben tener una casa llena de hijos y nietos!