"¡Entra!"
Israel empujó a Leticia por el hombro.
Leticia titubeó y retrocedió dos pasos.
Cuando quiso detener a Israel de nuevo, ya había entrado y cerraba la puerta con fuerza.
El fuerte sonido retumbó, causando un temblor en el corazón de Leticia.
"Señor Herrera, si tiene algo de qué hablar, podemos hacerlo afuera", dijo Leticia con voz grave.
Recordó el comportamiento de Israel en el crucero.
"¿Salir?". Israel se acercó paso a paso hacia Leticia.
Frunciendo el ceño, Leticia retrocedió instintivamente.
"Si salgo ahora, ¿no tienes miedo que tu nuevo amor me vea?", Israel preguntó con frialdad.
"¿Cuándo conociste a ese chico de la familia Zafar? ¿Cuándo se volvieron tan cercanos? ¿Cuándo aún estabas conmigo?, ¿qué hicieron juntos?"
"Israel, ¿puedes dejar de hablar tonterías?", Leticia frunció el ceño. "No tengo nada que ver con Bruno, ¡vine a Ciudad Baylón por trabajo! ¡Trabajo!".
En ese momento, Leticia se encontró de espaldas contra la pared, sin ningún lugar al que retroceder.
Las manos frías de Israel la agarraron por el cuello en un segundo.
"Las fotos de ustedes siendo cariñosos ya llegaron a mis manos, ¿todavía quieres seguir engañándome?".
Leticia sintió cómo la mano en su cuello se apretaba, e instintivamente intentó liberarse de él.
"No lo hice..."
"¡Siempre me estuviste engañando! ¡Desde hace cinco años, llevabas una máscara a mi lado, engañándome todo el tiempo!"
"Señor Herrera, ¿no es eso lo que querías?", Leticia se aferró a los dedos de Israel.
"Me pediste que fuera la señorita Pérez, que actué como ella, te hice feliz con eso, ¿y ahora es mi culpa?".
Las pupilas de Israel temblaron violentamente.
En verdad…
¿No era eso lo que le gustaba antes?
"Israel, me estás lastimando la mano, me duele..."
Leticia sintió un dolor desgarrador en la mano izquierda.
Israel volvió en sí, soltando su mano sin querer.
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