A Leticia le pareció un poco desesperante.
Le dio una palmadita en el hombro a Laura, mientras llamaba a Dulcia y subía las escaleras.
"Probablemente llegaré a casa en unos veinte minutos, no te preocupes, llévalo tú", Dulcia respondió de inmediato después de escuchar a Leticia, "Su cabeza es realmente un problema, ¿recuerdas ese libro que leímos cuando éramos niños? El protagonista tuvo un accidente, estaba a punto de despertar, pero cuando la protagonista le dio una cachetada, no pudo resistir".
"Todavía esperas que se mejore, ¿verdad?" Leticia dijo con resignación.
"Lo sé ..."
Colgó la llamada.
Leticia se dio cuenta de que la luz del estudio aún estaba encendida, la puerta estaba abierta, y podía escuchar vagamente las voces de Emilio y Yolanda hablando.
Se acercó y golpeó la puerta.
Yolanda vino a abrir la puerta: "¡Mamá!"
"¿Qué están haciendo?" Ella entró.
"Planeando mi estudio". Yolanda señaló el pizarrón detrás de ella, "No quiero ser esa estudiante que se siente frustrada cuando otros me enseñan. ¡Seré genial antes de ir a la escuela!"
Leticia miró el plan de estudios ordenado de Yolanda, sin pensar que el malentendido de Israel hace un momento le había dado a Yolanda tanta motivación para estudiar. Supongo que eso fue un golpe de suerte.
"¡Eres increíble!" Leticia animó a Yolanda, "Creo en ti, ¡seguro que puedes hacerlo!"
"¡Mi hermano también cree en mí!" Yolanda dijo con orgullo.
Emilio asintió.
"Bueno, mamá y papá tienen que salir un rato, esta noche tu madrina vendrá a cuidarte", Leticia dijo de repente.
El entusiasmo de Yolanda disminuyó de inmediato.
"¿Por qué? ¿A dónde van? ¿Por qué no nos llevan a mi hermano y a mí?" Yolanda se aferró al pulgar de Leticia con una expresión triste e hizo tres preguntas seguidas.
"Aún no se ha disipado la congestión en la cabeza, mamá quiere llevarlo al médico para que lo revisen de nuevo", Leticia explicó.
"¿Pasará algo?" preguntó Yolanda.
Leticia rápidamente negó con la cabeza: "¿Cómo podría ser? No te preocupes".
"Entonces yo también quiero ir" ella susurró.
Los pensamientos de Yolanda estaban claramente escritos en su rostro.


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