Tu Leti Ya Está Muerta, Llámame Leticia romance Capítulo 89

Leticia ya había pensado en todo ese camino.

Si se quedaba, se quedaba.

Pero seguir actuando como la secretaria mimada era imposible.

Entonces...

No mucho después de que comenzó la reunión, el otro lado comenzó a engañar.

Leticia levantó la mirada y sin piedad los interrumpió y los expuso.

"Sr. Vegas, no saques esos informes financieros falsos que usan ustedes para engañar a otros. No tienen sinceridad, difícilmente podremos cooperar".

De repente, el silencio invadió la sala de reuniones.

El Sr. Vegas fue el primero en ponerse serio: "Secretaria Fermínez, ¿qué estás diciendo?"

El Sr. Vegas y Leticia se habían visto varias veces antes.

Siempre la veía seguir a Israel, distribuir información y tomar notas en las reuniones, nunca la habían visto hablar en una reunión.

Todos sabían la relación entre Leticia e Israel.

A puerta cerrada, el Sr. Vegas no había perdido oportunidad de burlarse de Leticia.

Decía que Leticia era como un vaso de agua, siempre siguiendo a Israel para que él pudiera calmar su sed cuando quisiera.

Incluso menospreciaba a Leticia por ser una mujer hermosa, comentando que era fácil ganar dinero, solo tenía que recostarse y gemir un poco para ganar grandes sumas.

En este momento, en la sala de reuniones estaba lleno de altos directivos. Que alguien como Leticia los refutara, ¿cómo podría soportarlo el Sr. Vegas?

"Para ser honesta", Leticia presentó la información en su mano, "si vamos a hablar sobre cooperación, mostrarnos informes financieros falsos sería una pérdida de tiempo para ambos".

El rostro del Sr. Vegas se volvió pálido.

Murmullos se escucharon alrededor.

La gente de Concha Capital tenía una actitud de ver un buen espectáculo, algunos también reprochaban a Leticia. Todos ellos querían que esta cooperación tuviera éxito.

La gente del lado del Sr. Vegas estaba enojada.

"Sr. Herrera, su secretaria habla demasiado mal", dijo alguien a Israel.

Leticia ni siquiera miró a Israel.

Sería mejor si él también se enojara. Así, no tendría que seguir buscando una forma de asquearlo y que se cansara de ella.

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