Uma noite com o Sr. Bilionário romance Capítulo 2506

—Señora Bonilla, yo... Lo siento, quiero de verdad a Ezequiel, y no quiero poner fin a nuestra relación —Artemis aprovechó esta oportunidad para expresar sus sentimientos más profundos.

Sofía miró a su hijo y sonrió. —Señorita Artemis Mayo, has superado con éxito mi prueba. A partir de ahora, reconozco tu papel como novia de mi hijo.

—¿Prueba? —Artemis parpadeó. No esperaba que aquello fuera un examen.

«¡Santo cielo! ¡Casi dejo a Ezequiel y casi tengo una rumoreada relación con otro hombre! Menos mal que aprobé».

—Sí, fue una prueba de mi madre. Pensó que aceptarías el dinero y me abandonarías, pero no sólo no lo aceptaste, sino que además me querías mucho. Así que mi madre piensa que eres una nuera adecuada. —Ezequiel cooperó con su madre al hablar.

Artemis, que estaba al lado, parpadeó nerviosa. —¿De verdad? ¿De verdad puedo estar con Ezequiel?

—Es la elección de mi hijo, y siempre he respetado sus decisiones. —Sofía sonrió, jurando en secreto que compensaría el dolor que había causado a Artemis esta vez amándola el doble en el futuro.

Cecilia también se acercó con una sonrisa. —Ahora somos todos familia. ¿Por qué seguimos fuera hablando? Entremos y demos un festín.

Los ojos de Artemis estaban a punto de llenarse de lágrimas de emoción. Sólo era una prueba. Cuando Sofía y Cecilia entraron primero, ella se dio la vuelta y se arrojó a los brazos de Ezequiel.

—Lo siento, siento lo de anoche. No pretendía acercarme a otro chico.

Ezequiel le revolvió suavemente el pelo, con el corazón compungido por ella. —Sé que sólo estabas actuando. Pero no vuelvas a hacerlo.

Artemis asintió rápidamente. —¡Nunca jamás volveré a hacerlo!

Al entrar en el salón, Cecilia había preparado un festín. Artemis vio sus platos favoritos, por los que Cecilia le había preguntado la última vez, así que ahora sus tres platos favoritos estaban sobre la mesa. Su corazón se enterneció y conmovió al instante. Ezequiel la condujo a la mesa. —¡Disfrutemos de la comida!

—Cuando acabemos de comer, ¡vamos de compras con la abuela!. —sugirió Sofía a Artemis.

—¡Genial! Vayamos todos juntos en familia —rio Ezequiel.

Cecilia también estaba encantada. Ahora tenía una hija y una futura nieta política con las que ir de compras. Estaba encantada.

Al mismo tiempo, Yezenia acababa de bajar del avión cuando recibió una alerta de mensaje. Levantó el teléfono para comprobarlo. Cuando vio la transferencia de un millón de dólares, sonrió feliz de inmediato. Ahora se sentía aliviada. Sofía realmente quería darle las gracias. Sin embargo, también había oído que Sofía era una persona muy amable. Ahora, Yezenia no sólo había desenmascarado a Artemis, sino que también había recibido 150,000. Era muy afortunada.

Justo entonces, recibió una llamada telefónica. —¿Diga?