A pesar de que Alexis pensó que no iba a poder dormir y descansar por todo lo que tenía en su cabeza, no fue así, ya que su cansancio pudo más y cuando abrió sus eran las 10 am, se sorprendió ver que era muy tarde para él pero se sentía muy descansado y con mucha hambre, por lo que decidió ir a darse un baño y bajar a desayunar, una vez en la cocina Teresa, su ama de llaves ya sabía que él estaría en la casa, por lo que no se sorprendió cuando lo vio entrar a la cocina con un pantalón de mezclilla sin camisa y descalzo.
—Buenos días, señor Black.
—Buenos días Teresa.
—¿Lo mismo de siempre?
—Sí, por favor.
—En seguida.
Teresa empezó a preparar el desayuno de Alexis, éste nervioso observaba el lugar en busca de su esposa que no se veía por ningún lado.
—¿Dónde está la señora Black?
—Ella salió hace casi dos hora al centro comercial, dijo que estaría para el almuerzo, debía comprar un vestido para la noche. —El oír que estaba en el centro comercial lo molestó mucho.
—¿Ella sabía que yo estaba en casa? — Teresa le colocó el desayuno delante de él.
—No señor, al parecer usted y Daniel estaban bastantes cansados, por que él se levantó hace una hora, entonces la señora Black no lo vio.
—Ya, bueno, gracias. — Alexis desayunó en silencio y luego se levantó para ir al estudio, pensaba llamar a Daniel, pero en cuanto entró ya él estaba esperándolo.
—Buenos días señor.
—Buenos días Daniel. ¿Descansó?
—Sí señor, lo necesitaba.
—Sí, lo siento Daniel, a veces me comporto como un imbécil y se me olvida de que eres humano y debes descansar.
—No se preocupe señor. Es mi trabajo, ahora aquí está lo que me pidió anoche. — le extendió una carpeta, la cual Alexis agarró y abrió rápidamente el sobre, en cuanto lo leyó frunció el ceño, porque al parecer Sophie estuvo todo el mes en casa, había salido muy pocas veces y esta semana solo había salido hace dos días al centro comercial y ahí había caminado por un rato y luego había estado hablando con una mujer de nombre "Hanna Adams" que el la dueña de una empresa de modelaje y diseño, tomaron un café y luego había vuelto a casa.
—Al parecer no se ha visto con ningún hombre, pero ella dijo que tenía un nuevo jefe.
—Disculpe que me meta señor, ¿pero ella dijo que era hombre? — Alexis lo miró con el ceño fruncido.
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