—¿Por qué? — Alexis aún no salía de su asombro —¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? — él la miraba fijamente a los ojos.
—Porque quiero ayudar a mi papá, y reparar algunos daños que he hecho. — Alex frunció el ceño.
—¿Cómo cuáles?
—Eso no importa, quiero aceptarte como esposo, siempre cuando siga en pie la propuesta para ayudar a mi familia. — Alexis no podía salir de su asombro, y aunque quiera gritar de felicidad no lo hizo, porque aunque sería su mujer, ella no lo haría por amor, simplemente lo iba hacer por ayudar a su familia.
—Bien, ¿Cuándo se lo vas a decir a tu familia? Y lo más importante, ¿Cuando vas a dejar a Yael?
—De aquí iré a ver a Yael, y luego con mi familia.
—No creo que deberías ver a Yael tu sola, ¿ y si después no le gusta lo que le dices y te hace algo?
—No me hará nada, él es un buen hombre — Alexis la miró entrecerrando los ojos. — Pero antes de hacer cualquier cosa, quiero que pongamos reglas, que se van a cumplir.
—¿Cómo cuáles reglas?
—La primera y la más importante de todas es que ninguno le va hacer infiel al otro. — Alex abrió los ojos como platos, a él no le importaba cumplir esa regla, pero, no sabía que planeaba Sophie con eso.
—¿Por qué piensas que voy a cumplir esa regla?
—Mira Black, deja ya ese tono de que eres el que mandamás,... — Alexis levantó una mano para hacerla callar, mientras que él se levantó y fue hasta ella, colocó sus manos a ambos lados de la silla en donde se encontraba Sophie y se acercó tanto que sus narices se rozaban.
—Es que soy el mandamás Sophie, soy yo el que mando aquí, soy yo el que va a pagar las deudas de tu familia, así, que puedo darme el lujo de hablar como quiera, y no tienes derecho a decirme nada. — Sophie no pudo resistir más y con mucho coraje y fuerza, estampó su mano en la mejilla de él, mientras lágrimas salían de sus ojos, tal vez estaba perdiendo el tiempo, tal vez ya Alexis tenía el corazón tan duro que ya nada podía hacer.
—No tienes que ser tan cruel, este maldito trató fuiste tú el que lo ofreció, te pedí que si no había otra forma, para así poder ayudar a mi familia Alex y dijiste ¡NO!, pero si ves, que eres tan inmaduro para no dejar algo de niños atrás, no vale la pena.
Alexis la miró, enojado, sorprendido y dolido, todo al mismo, tiempo Sophie era la única mujer que lograba hacer que sintiera todo junto, sabía que él se merecía esa cachetada, se estaba comportando como un maldito desgraciado, pero él no quería volver a sufrir ya lo había hecho mucho, Sophie no lo había rechazado una vez, sino fueron cinco veces, además que siempre le decía cosas hirientes, ¿por qué tenía él que ser diferente?
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