Resumo do capítulo Capítulo 0019 de UN BEBÉ PARA NAVIDAD
Neste capítulo de destaque do romance Romántica UN BEBÉ PARA NAVIDAD, Day Torres apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
—Está bien... —susurró—. ¿Qué tengo que hacer?
Zack suspiró con alivio.
—¡Ahora toca entrenamiento! —exclamó—. Te invito a almorzar hoy y vemos los detalles.
¡Y vaya que había detalles que discutir!
Cuando Zack la llevó más tarde a un agradable restaurante y sacó la silla cortésmente para ella, sintió que se hacía pequeñita.
—¿Qué te parece si empezamos a vernos después del trabajo? —le pidió él—. Necesito pasar más tiempo con ustedes, o si no mi madre se va a dar cuenta de que tu bebita no se da conmigo. Puedo llevarte la cena hoy.
Andrea apretó los labios. La primera vez no había podido controlarla, pero no quería que Zack fuera a su casa, le daba pena el hecho de que ni siquiera podía invitarlo a sentarse porque no tenía... nada.
—Bueno... señor Keller...
—¡Uy, no! Ya no me puedes decir así, si se te escapa delante de mi madre estamos fritos. Mejor Zack. Antes me decías Zack...
—¡Antes usted no era mi jefe!
—Y ahora voy a ser tu novio falso así que mentalízate, ¡es más, un apodo cariñoso! —exclamó él—. Busca un nombre de un animal, pégale el diminutivo y así me dices.
—¿Como... Osito? —murmuró ella.
—Nop, muy gastado.
Andrea pasó saliva y se sintió como si aquello fuera un examen. Solo le faltaba el sudor frío.
—Bueno... bisontito...
Zack achicó los ojos y negó.
—No me gusta.
—Emmm... ñucito.
—¡Tampoco!
—Bambicito.
—¡Menos que menos! —rezongó él.
—¡Oye, estoy tratando de encontrarte un animal semental grande así como tú! —se defendió ella.
—¡Y te lo agradezco, pero si me encontraras uno sin cuernos te lo agradecería más! —replicó él y ella se cubrió la boca.
Un segundo después los dos estallaban en carcajadas.
—Mejor vamos a ver todo eso esta noche. ¿Qué comida te gusta más?
—Entonces dejémoslo en que se aceptan demostraciones de afecto en público... —murmuró ella y estuvieron de acuerdo en eso y en casi todo lo demás.
Para las once de la noche ya la nena dormía en los brazos de su mamá y Zack le pedía que le enseñara cómo se dormía a una bebé lo más pronto posible. Andrea acostó a la pequeña en su bambineto y se acercó a la barra de la cocina para firmar aquel contrato para él.
—Listo —susurró entregándoselo.
Zack tomó una de sus manos y la apretó con un gesto de agradecimiento.
—No importa que te esté pagando por esto, igual me estás haciendo el favor más grande del mundo. Gracias por eso —le dijo.
Ella asintió y lo acompañó a la puerta, pero cuando estaba a punto de marcharse Zack se dio la vuelta.
—Oye, ya que hay que besarnos en público, ¿no será mejor que vayamos ensayando? Digo... para que no sea raro después —dijo él y Andrea miró inconscientemente su boca.
Era demasiado linda. Zack tenía labios gruesos y húmedos, enmarcados por aquella barba suave y cuidada.
—Este... ¿y si ensayamos a partir de mañana? ¡ya debería irme a dormir!
Zack la miró por un instante y se aguantó la risa. Jamás había conocido a una mujer más nerviosa que esa, pero se mordió el labio y terminó asintiendo con una sola palabra, una que con aquella voz ronca y profunda a Andrea le pareció una advertencia.
—Mañana.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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