Resumo do capítulo Capítulo 0070 do livro UN BEBÉ PARA NAVIDAD de Day Torres
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 0070, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance UN BEBÉ PARA NAVIDAD. Com a escrita envolvente de Day Torres, esta obra-prima do gênero Romántica continua a emocionar e surpreender a cada página.
—Su madre.
—¿Perdón? —Andrea no lo creía—. ¿Su madre?
—La señora Stormhold es viuda y actúa como representante de su hijo, no ha dejado que un agente se le acerque jamás —le explicó Ben—. Así que nadie ha podido representarlo nunca.
Andrea se quedó pensando en aquello, la empresa daba bonos por la dificultad de los deportistas que se conseguían, pero nadie parecía querer aspirar a ese en particular.
Esa noche se fue a su casa pensando en eso, pero al día siguiente lo olvidó todo desde el momento en que tuvo que sentarse en la sala del juzgado. Estaba nerviosa porque sabía que ese día podía definir el futuro de su hija, entonces tomó un profundo aliento e intentó recordar que era una madre y el estado debía ayudarla a criar a su hija, no quitársela.
El juez llamó de inmediato a los trabajadores sociales para que declararan.
La de Mason se deshizo en halagos, diciendo que él tenía todas las condiciones y comodidades para cuidar de su hija, ya que vivía en una zona exclusiva de la ciudad.
Luego llamaron a la trabajadora social de Andrea, y mientras ella la observaba angustiada, la mujer describió todo lo que había visto.
—Lo siento —dijo mirando a Andrea, cuyos ojos estaban llenos de lágrimas—. Su departamento no es apto para una niña, si no puede hacer los cambios necesarios, me temo que no podré recomendar que su hija se quede con usted.
—¡Yo estoy poniendo todo de mi parte! —sollozó ella levantándose y golpeando la mesa—. ¡Si no tengo nada es por culpa del mismo hombre que me está demandando! ¿¡Cómo pueden quitarme a mi hija para dársela a él, a un hombre que ni siquiera la conoce, que no ha cargado ni una vez!?
—¡Muy bien! Declaro que se concede la custodia temporal de la menor Adriana Brand a su padre, Mason Lee —sentenció el juez y Andrea cayó en su silla, cubriéndose la boca con las manos mientras lloraba—. La madre tendrá acceso total a la menor, y esta debe continuar asistiendo a su guardería, sin embargo deberá quedarse en la casa de su padre. Se concederá el derecho de apelación a la señora Brand dentro de un mes...
—¡Su señoría! —se levantó de inmediato el abogado de Mason—. ¿Qué cambiaría en un mes? ¿Cree que la señora Brand pueda hacer habitable la pocilga en la que vive en solo un mes? —dijo con desprecio.
—Pues en esa pocilga vivió la menor durante seis meses hasta que su cliente recordó que tenía una hija —replicó el juez con molestia—. Mi trabajo es hacer lo que sea mejor para la menor, pero no crea que no he escuchado el resto de las declaraciones. El señor Lee deberá contratar una enfermera competente para que cuide a su hija y que será aprobada por este juzgado, en tanto se demuestra su capacidad para cuidarla por sí mismo. Y en un mes, si la señora Brand decide apelar a esta decisión, nos veremos aquí de nuevo. Esa es mi sentencia. ¡Se levanta la sesión!
El juez golpeó tres veces con su mazo sobre la madera y Andrea ocultó la cara entre las manos llorando desconsoladamente, sabiendo que esa noche, cuando se fuera a dormir, ya no podría mecer ni abrazar a su hija.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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