Un Vaquero Enamorado (COMPLETO) romance Capítulo 32

Pasaron el día remodelando la habitación de Jack, dejándola al gusto de Megan. En la tarde Rodrigo y Jack llevaron a las damas a San Antonio para que compraran lo que necesitaban para la celebración, mientras que ellos hacían los encargos para el rancho.

− ¡Entonces quieres que sea tu padrino de bodas, después de haberme dado un puñetazo! Dijo sobándose el sitio donde Jack le había dado el golpe.

− Sabes bien que te lo merecías, además te pedí disculpas.

− ¡Si pero eso no compenso el golpe!

− ¿Y qué demonios quieres? Ambos estaban tomando unas cervezas en un bar que frecuentaban cuando solían ir a la ciudad.

− Me gustaría que me vendieras un pedazo de tierra, cerca del arroyo.

− ¿Y para que la quieres?

− Quiero construir una pequeña casa, ya no quiero estar más en las barracas.

− Te he dicho muchas veces que te mudaras para la casa.

− Quiero privacidad, Jack.

− Hmm…Entiendo ¿Es por melisa?

− ¿No se supone que el padrino es el que hace los regalos de boda?

− Bueno ya te di un buen regalo, un gran consejo.

− ¡Está bien, te venderé las tierras!

− Bien, ¿cuánto se tardaran las chicas?

No tenía idea de lo que estarían comprando las chicas, pero llevaban muchas horas de compras y ya se estaba impacientando. Así sería la vida de un hombre casado cuando su mujer saliera de compras.

− ¡No lo sé!

− Bueno una boda no creo que sea tan fácil de organizar, me has dejado muy sorprendido cuando me dijiste que él bebé de Megan es tuyo.

− ¡Imagínate mi sorpresa!

− Nadie lo se imaginaba, eres tan cabezota que todos pensábamos que te quedarías soltero por el resto de tu vida.

− Creo que deberíamos ir a ese centro comercial donde las dejamos. Le dijo para cambiar de tema.

− Hmm... ¡Bueno tú eres el jefe!

Melisa y Megan estaban tomando unos bocadillos en un bonito café, rodeadas de bolsas con las compras tanto de la ropa del bebe como para la misma Megan, ya que no había llevado suficiente, en vista que en sus planes no estaba quedarse y muchos menos casarse.

− Compramos muchas cosas Megan, creo que nos excedimos un poco.

− No lo creo, será muy difícil volver a salir del rancho cuando él bebé este más grande.

− ¿No estas agotada?

− Lo estoy, pero valió la pena. Estas pastas secas están muy buenas, voy a por más.

− ¡Megan te has comido más de media docena!, ¡eh! mira, allí vienen los chicos.

Jack la ponía nerviosa, no importa que estuvieran próximos a casarse, él le alteraba los sentidos y le hervía la sangre.

− Encontrarlas ha sido toda una odisea, no se me ocurrió que podrían estar comiendo. Le dijo Jack mirando a su prometida.

− Megan estaba hambrienta, lo siento si nos hemos tardado mucho.

− Se han comprado todo el centro comercial.

− Necesitábamos muchas cosas, además no le había comprado nada al bebe. La cuna la llevaron hace dos horas al rancho.

− Me hubieras esperado para que escogiéramos una. Le reclamo Jack no muy satisfecho por la decisión de ella.

− ¡Oh lo siento! Creí que estabas muy ocupado con los encargos del rancho, no pensé, bueno lo siento.

− Descuida, seguro es una bonita cuna. Le dijo en tono suave, había sentido que la había hecho sentir mal con su reclamo.

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un Vaquero Enamorado (COMPLETO)