"Mm, huele divino", murmuró David cuando entró en la cocina. El hombre acaba de regresar de una reunión importante.
Entrando en su dominio, se quitó la chaqueta con aire imponente y la colgó en el respaldo de una silla, ajustando los puños de su camisa blanca como la nieve. Lamiendo mis labios secos, me ordené dominar mi sed para no saltar sobre sus hermosas caderas y montarlo con las piernas cruzadas sobre su delicioso trasero.
“Solo decidí consentirte un poco”, digo hábilmente, riendo y haciendo un gesto para invitar a un hombre a la mesa. - Juega un juego de rol. Bueno, como... una pareja enamorada.
Trato de elegir las palabras correctas para no enojar al hombre de ninguna manera. Quería decir “marido y mujer” en el juego de rol, pero tenía miedo. Esto lo cabreará seguro.
David tiene miedo de formar una familia, miedo de las relaciones familiares, eso me parece a mí. Su esposa ... Elizaveta Vorontsova, ella lo ofendió mucho. Recientemente, traté de averiguar por qué David Bestuzhev es un bastardo tan frío y duro que tiene casi todo el sexo y el BDSM en la cabeza.
Cambia a las mujeres como guantes, juega con ellas como con cosas, no puede saciar su hambre bestial. ¿O tal vez de esta manera se venga de su traidora esposa?
Busqué en Internet información sobre la vida del millonario ruso David Bestuzhev, uno de los hombres más ricos del mundo. Y encontré algo. Lo cual me asustó un poco.
Leí una biografía sobre él y me sorprendió saber con quién estoy. No conoce el fin de las mujeres. Pero, los periodistas escriben que está divorciado. Ha estado casado durante ocho años. Según los rumores, su esposa lo engañó con un competidor. Además, fue una conspiración deliberada de esta cobarde pareja contra el negocio de David para arruinarlo.
Enojado, David casi envía al bastardo al otro mundo cuando los encontró juntos. A partir de ese momento, una persona adecuada y alegre se convirtió en una bestia cruel. La humanidad en David murió. Se volvió duro, grosero, peligroso. David, pisoteó como pulgas a todos sus enemigos y competidores, destruyendo su negocio, que era más débil o de perfil más estrecho.
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