Unidos por la abuela romance Capítulo 313

Calorina colgó el teléfono en furia, incapaz de conseguir que Lilia regresara a casa ahora a pesar de haberla apurado dos veces. Dijo a su madre: "Mamá, Lilia está en la tienda de su hermana. Dijo que Nacho está dormido y solo volverá a casa cuando Nacho esté despierto. Nos dijo que recogiéramos las llaves de ella."

Frunciendo el ceño, la Sra. Castero respondió con malhumor: "Si está dormido, puede llevar a Nacho a casa. Celestia tiene un auto. Ella puede enviarlos a casa y no tomará mucho tiempo."

La Sra. Castero creía que su nuera estaba deliberadamente haciéndoles esperar en la puerta.

"Ella debe estar haciéndolo a propósito. Nos está haciendo esperar aquí por ella."

Calorina compartía el mismo sentimiento sobre su cuñada.

"Mamá, tú también olvidaste traer tus llaves antes, y Lilia tampoco estaba en casa. Ella correría a casa para abrir la puerta cada vez que la llamábamos. Nunca nos dejó esperando por mucho tiempo como esta vez. Mamá, creo que Lilia ha cambiado desde su pelea con Hernesto."

La Sra. Castero respondió: "Sí, supongo que sí."

Calorina se quejó: "Lilia golpeó a Hernesto la última vez y se negó a llevarlo a casa. Tuvimos que persuadir a Hernesto para que volviera a casa, y solo lo hacíamos por Nacho. Si no fuera por Nacho, habríamos hecho que Hernesto la echara. La casa es de Hernesto. ¡Él puede echarla si nos molesta!"

Lilia solía tolerar a su cuñada a pesar de todas sus críticas y quejas, porque Calorina era la hermana de su esposo. Ahora que Calorina veía a Lilia más como una molestia, y no deseaba nada más que su hermano dejara a Lilia.

Su hermano podría conseguir a una mujer joven y hermosa como Noelia después del divorcio, pero nadie querría a Lilia una vez que Hernesto la abandonara. Las opciones de Lilia para un nuevo esposo se limitarían a hombres ancianos en sus ochentas.

"Puedes hablar de eso frente a mí, pero no se lo digas a Hernesto."

La Sra. Castero tenía un problema con Lilia, pero por el bien de su nieto y la paz en el matrimonio de su hijo, tuvo que advertir a su hija.

Calorina podría hablar mal de Lilia a Hernesto otra vez.