Jasmina miró a Nelson con una expresión seria y le dijo con firmeza: "¡Nelson, no me hagas menospreciarte!"
Nelson estaba demasiado herido para hablar. Sentía que no podía dejarlo ir. Sin embargo, tampoco podía hacer nada para lastimar a Celestia.
Jasmina suavizó su expresión porque después de todo Nelson era su primo. Suspiró y dijo: "Nelson, ya te he dicho todo lo que podía. Deberías calmarte primero y obligarte a alejarte de mi tienda por un tiempo. Si no ves a Celestia por un tiempo, tus sentimientos por ella disminuirán."
Al terminar de hablar, se levantó y dijo: "Este café lo invito yo. Me dirijo de vuelta a la tienda. Deberías apresurarte de regreso a la oficina porque todavía eres un aprendiz. Deberías trabajar más duro que los demás porque no eres el único sucesor en tu familia. Si no trabajas duro, eventualmente perderás lo que debería pertenecerte."
Con el último consejo hablado, Jasmina sacó su silla y se dio la vuelta para alejarse.
Nelson se quedó allí con la mente en blanco. Cuando se dio cuenta de que amaba a Celestia, no fue lo suficientemente valiente como para confesárselo. Simplemente dejó pasar la oportunidad.
Cuando Jasmina regresó a la tienda, Nacho ya se había despertado. Celestia estaba haciendo manualidades y Nacho estaba sentado a su lado jugando con sus juguetes.
Jasmina miró a su amiga en silencio. Celestia era guapa y especialmente hermosa cuando estaba absorta haciendo lo que le gustaba. Jasmina no podía culpar a Nelson por enamorarse de ella.
"Jasmina, ¿qué estás haciendo mirándome así? ¿Te has enamorado de mí?", bromeó Celestia.
Jasmina se rio. "¡Definitivamente me enamoraría de ti si fuera un hombre! ¿Sabes lo encantadora que eres?"
"¡No lo diga! Ni siquiera tenía novio antes de casarme."
"Eso es porque elegiste no enamorarte de nadie."
Jasmina arrastró una silla y se sentó frente a la caja registradora. Preguntó casualmente: "¿Tu negocio en línea está funcionando bien ahora? He notado que has estado haciendo manualidades todos los días cuando tienes tiempo libre."

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