Después de un largo silencio, Hernesto dijo: "Lilia, si acepto tu condición de dividir la propiedad, ¿realmente me darás todas las pruebas que tienes y prometerás no denunciarme ante mi jefe?"
"Mientras obtenga lo que merezco, prometo que no tomaré venganza contra ti".
Sin embargo, Lilia no podía garantizar que Celestia o Gerard no hicieran nada.
Después de reflexionar por un momento, Hernesto dijo: "Puedo darte el dinero, pero no puedo darte la custodia de Nacho. Nacho es mi carne y sangre, y mis padres aman a Nacho".
"No renunciaré a la custodia de Nacho".
Hernesto temía que si le daba la custodia de Nacho a Lilia, sus padres lo matarían cuando regresara a casa.
Además, Nacho era su hijo y su único hijo en la actualidad, así que no quería renunciar a él.
Lilia levantó la mano y su jugo salpicó en la cara de Hernesto.
"Hernesto, ¿cómo todavía tienes el descaro de pelear por la custodia de Nacho? ¿Cómo te atreves a reclamar a Nacho como tu carne y sangre y el nieto de tus padres? Solo mira cómo todos ustedes trataron a Nacho".
"Nacho aún llora mucho y los hematomas en su cara no han desaparecido. ¿No le causaste suficiente daño a Nacho? ¿Solo estarás satisfecho cuando Nacho muera debido a tu familia?"
Hernesto se veía patético con la cara manchada de jugo.
También estaba irritado por las acciones de Lilia.
Noelia sacó rápidamente un pañuelo y lo ayudó a limpiar el jugo de la cara. Luego le dijo a Lilia: "¿No dijiste que quieres hablar como es debido? ¿Por qué le salpicaste el jugo a Hernesto y manchaste su traje? ¿Le pagarás la limpieza en seco?"
"Sra. Yates, creo que aún no ha entendido la situación".
Lilia dijo sarcásticamente: "Antes de que se finalice nuestro divorcio, Hernesto sigue siendo legalmente mi esposo, por lo que lo que es de él también es mío. Sra. Yates, ¿qué derecho tienes a pedirme que pague su limpieza en seco? ¿Quién demonios eres?"

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