PDV Mía
Ya había pasado bastante desde ese momento, alrededor de poco más de 1 año aproximadamente, es increíble que en todo ese tiempo no allá podido avanzar como estaba previsto.
Aunque debo decir que de todas formas me fue bastante bien en ese año que paso.
Vincent seguía hablando parar, eso me hizo despertar de mi trance, abrí los ojos de nuevo y mire mi teléfono.
—Bueno, sí, ya deja de hablar Vincent, eres de demasiado hablador —le dije, a ver si por fin se callaba.
— ¿Por qué me tratas así? ¿No recuerdas como era cuando éramos niños? ¿No deberías tratarme mejor? Recuerda que me lo debes —me dijo Vincent.
— ¿Deberte? ¿Por qué te debería yo algo a ti? —le pregunte.
—Vamos Mía, ¿No lo recuerdas? Dime, ¿Quién fue el que te protegió del perro que trato de atacarte? ¿Quién?
—…
—Vamos, ya sabes la respuesta.
Este idiota para hacerme enfadar siempre me sacaba en cara eso.
Cuando era más pequeña, caminaba por el patio de la casa, estaba sola, y 1 de los perros de la servidumbre de la casa de mi padre se volvió loco.
Fue hacia mí, me gruñio y me persiguió, cuando estaba a punto de hincarme el diente, Vincent apareció y empezó a pelearse con él.
Termino sufriendo varios moretones, rasguños y más, yo quede sin heridas de ningún tipo, mi padre despidió a la dueña del perro e hizo que sacrificaran a ese perro por lo que hizo.
Eso fue antes de la adolescencia, momento en que empezó nuestro pelea, recuerdo que me pareció un héroe por eso y lo admire después, pero luego ese evento termino volviendo una molestia cada vez que lo mencionaba ahora que somos adultos.
—Vamos Mía, dilo, quiero que lo digas, dilo, vamos dilo, que lo digas.
—Ya, suficiente, fuiste tú, ¿Feliz?
—Más de lo que puedes imaginar.
— ¿Solo llamaste para molestarme?
—No, ya te dije que fue por el asunto de Teresa, y también por otra cosa.
— ¿Qué cosa?
— ¿Por fue que contrataste a mi abogado?
…
—Querrás decir “nuestro abogado” o más bien el abogado del grupo empresarial de los Saint.
—Es lo mismo, ¿Por qué lo contrataste? Yo lo iba a hacer.
— ¿Por qué necesitarías tu a nuestro abogado?
— ¿Por qué crees? Quiero que represente a Teresa contra Clara, ¿Por qué otra razón lo hubiera querido contratar?
—Ya veo, pues debo decirte que yo lo contrate por la misma razón que tu Vincent.
— ¿Entonces lo vas a usar para defender a Teresa? —me pregunto, parecía sorprendido.
—Así es ¿Para qué otra razón lo usaría tonto? Ella también es mi amiga, ¿Lo olvidaste?
—No, no lo olvide, pero hay algo que no me cuadra.
— ¿Qué exactamente?
—Bueno... nuestro abogado me dijo que tú lo contrataste hace… un par de días… pero a Teresa le llego el citatorio recientemente…
…
—Así que… ¿Cómo es que contrataste a nuestro abogado días antes de que a Teresa siquiera le hubieran entregado el citatorio para ir a la corte? No se… pero ¿Cómo paso eso? ¿Ves el futuro? —el tono de Vincent tenia cierto sarcasmo en él.
Mierda… se me fue un desliz…
Quizás no debí decirle que iba a defender a Teresa… aunque de todas formas lo hubiera sabido tarde o temprano, era algo inevitable.
Bien, de todas formas no es necesario entrar en pánico, solo hay que explicarlo sin dar más de lo debido.
—Clara me había dicho desde hace tiempo cuales eran sus intenciones para con Teresa —le dije a Vincent.
— ¿Cómo así?
— ¿Eres idiota? Me refiero a que me había dicho de antemano que iba a demandar a Teresa.
— ¿En serio te lo dijo a ti? A mí no me dijo nada.
—Porque yo soy su amiga.
—Y yo soy su amigo.
…
—Y hasta donde sé, ambos también estamos relacionados con Teresa, no hay razón para que te lo dijera a ti y no a mi Mía.
…
— ¿Estás seguro?
—Si.
—Bien.
Después de decir eso, separe mi teléfono, coloque la pantalla de Vincent a un lado, y luego de eso le envié algo, una cosa especial.
— ¿Qué fue lo que me enviaste? —me pregunto Vincent mientras seguía viéndolo desde la pantalla de su videollamada.
— ¿Qué crees tú? Si recuerdas bien, es un cierto video de un Simp que se avergonzó a si mismo por una chica que está saliendo con alguien más… ¿Te suena? ¿Ya sabes de quien se trata?
Vincent no me respondió lo que le dije.
—Vamos, dilo, quiero que lo digas, dilo, vamos, hazlo.
—Está bien, soy yo ¿Feliz?
—Mucho ¿Ahora entiendes por qué no te dijo nada Clara? Ella y yo somos amigas, pero yo no soy una Simp suya, si te lo hubiera dicho a ti antes, quien sabe lo que hubieras hecho ¿Contento?
—Más o menos.
—Bien, no tengo más tiempo que perder contigo, ahora que soy la única heredera, debo tomar aún más responsabilidades que antes Vincent, así que adiós.
—… ¿Estas disfrutando esto verdad?
—Obvio que sí, ¿Qué esperabas? Después de tanto tiempo, ahora todo será mío, ¿Cómo puedes esperar que no lo esté?
—…Sabes, a veces me da por pensar que hubiera pasado si nuestro padre santo no nos hubiera buscado a la escuela ese día, llevado a casa y nos dijera que a partir de ahora íbamos a tener que hacer todo lo posible por ganarle al otro y obtener toda la herencia.
—No vas arruinar mi momento Vincent, déjate de lloriqueos, llevamos ya más de 1 década así como estamos ahora, y no te hagas el inocente, de estar en mi lugar tú también estarías celebrando, no dejare que arruines mi momento de felicidad con historias antiguas sobre nuestra niñez.
—Bien, bien, como sea, adiós, nos veremos después cuando regrese.
Vincent me colgó después de decirme eso, me quede mirando el teléfono unos momentos antes de volverme a acostar.
Me dormí rápidamente después de eso.
Tuve pesadillas, más que todo soñé con el momento en que Vincent me salvo del perro, no eran pesadillas exactamente, pero para mí lo fueron, no me gustaba recordar eso.
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