PDV Teresa
Pasaron un par de días, la mañana llego y me desperté, vi a Tomas a mi lado y me volvi a dormir para cerrar los ojos unos minutos más, pero luego recordé el dia que era hoy.
Me levante de sopetón, hoy sería el día de la boda, y no podía darme el lujo de quedarme dormida, me gire hacia Tomas, estaba en el borde de la cama y no parecia tener intención de levantarse.
— ¡Despierta! ¡Levántate!—lo zarandee mientras lo llamaba.
— ¿Qué quieres? Quiero dormir ¿Por qué no me dejas dormir? —me respondió con los ojos cerrados y dándome la espalda.
— ¡Despiértate! ¡No puedes quedarte dormido hoy! Hay mucho que hacer —le tape la nariz mientras decía eso último.
Después de unos 20 segundos, se despertó de golpe con cierta agitación y me miro consternado.
—¡¿Estás loca mujer?! ¿Cómo se te ocurre?
—Si, y mucho Tomas, levante, tenemos mucho que hacer hoy, no quiero verte de nuevo en la cama—moví mis manos y la aplaudí en el rostro para terminar de despertarlo.
Me levante de la cama y fui al baño después de eso, llegue alli, me mire al espejo unos momentos antes de pensar un poco sobre lo de hoy, me fui a bañar y Sali y vi a Tomas.
Este último seguía sentado en la cama y parecia estar dándose su tiempo para todo de forma relajada…
Tardamos un tiempo para salir de alli e irnos a buscar a Daisy y las demás para irnos juntos, llegamos con ella y luego fuimos recogiendo a mi mama y a mi hermano, Mia y Anna llegarían por separado al igual que Vincent.
Mi mama estaba bastante emocionada y hablo mucho en el camino, me alegro verla asi, aunque lanzo algunas palabras que podrían mal interpretarse.
Llegamos al sitio de la boda, “la plaza dorada” tenía un estacionamiento grande, Tomas se estaciono y nos encontramos en la entrada con Daisy y los demás, Vincent seguía sin llegar.
Apenas nos reunimos con ellas, Daisy me tomo del brazo y me jalo con ella para ir con las demás para irme a preparar para el evento, dejamos a Tomas a solas, ya que mi hermano se fue a hacer otra cosa.
No quise dejarlo alli, pero Daisy no me dejo opción.
—No le pasara nada, ninguna chica te lo robara mientras no estas alli —me dijo Daisy.
—Esperare aquí, tu ve con ellas y ve que todo este listo, esperare a Vincent —me dijo Tomas.
Le hice caso y me fui con ellas, la “plaza dorada” tenia varios sitios donde las personas podían ir a arreglarse para los eventos, según Mia, Tomas pago un buen piso y el lugar que nos toco fue bastante bueno y espacioso.
Alli, Daisy se puso manos a la obra y me empezaron a vestirme, se emocionó bastante con todo esto, y término rompiendo parte de mi ropa mientras me la sacaba.
Mia y Anna fueron mucho más calmadas, y después de que Daisy hizo de las suyas, ellas también me ayudaron allí donde necesitaba de vez en cuando, aunque fue mi mama y Daisy las que tomaron todo el protagonismo aquí.
Mia y Anna parecieron llegar a un acuerdo entre ellas y dejaron que Daisy fuera la que se moviera.
PDV Tomas
Después de que Teresa se fue, me quede en la recepción del lugar a esperar, su hermano se habia ido para decirle a los encargados de que fueran abriendo nuestro piso, me quede solo hasta que Vincent llego.
No habia llegado solo, sino que tenia un par de tipos desconocidos para mi.
—¡Tomas! ¡Ya llegue! —dijo con emoción mientras venia hacia mi.
Trato de abrazarme, lo esquive pero intento de nuevo y al final lo patee para que parase, nos volvimos el centro de atencion con eso que hizo…
—¿Por qué me tienes que tratar asi? ¿No me quieres?
—No empieces Vincent, mira ya lo que hiciste, tienes suerte que no te saque de aquí —le dije.
—Que malo eres conmigo.
—¿Quiénes son esos tipos de alli? —le pregunte mientras señalaba con la mirada hacia ese grupo que habia traido.
—Son tu padrinos.
—¿Cómo? ¿Padrinos? —murmure.
—Si, Tomas ¿No crees que sería incomodo que de tu lado solo este yo mientras que en el de Teresa haya 3 o 4 veces mas gente? ¿Qué piensas que diran?
—No me importa eso Vincent.
—Ha, claro que si, por eso contrate a esos tipos, son de un servicio Tomasito, fingirán ser tus padrinos para que no te veas mal cuando llegue la hora del altar —me respondio.
…
Que desperdicio de dinero.
Aunque es verdad que me faltaba gente, no mucha gente de mi familia asistiría a la boda por lo de Teresa, pero aun asi, no es que me importara.
—No pienses que voy a pagar por ellos.
—Tranquilo, saldrá de mi cuenta, será tu regalo de boda.
—¿Ese será tu regalo?
—Si, no pidas mas Tomas, mira que estos chicos no salieron baratos.
…
—¿Trajiste el anillo? Si me dices que “No” y te…
—Ya, ya ¿Qué tan irresponsable crees que soy? Mmm, mejor no me contestes.
…
—Muestramelo.
—Lo traje en mi bolsillo —me dijo mientras se metia la mano en los pantalones.
Vincent toco varias veces alli, pero luego hizo una cara preocupada.
—Mierda…
—¡Vincent!
—Jaja, era broma, era broma, aquí lo tengo ¿Crees que se me olvidaría eso?
Se metio la mano en el otro bolsillo y saco el anillo, por lo menos el bastardo no hizo de las suyas con eso.
—Bien, ¿Dónde esta Teresa y las demás? —me pregunto.
—Estan arreglándose, se fueron hace rato.
—Bien, vamos Tomas, vamos a ponerte bello, le dire a nuestros padrinos que vayan a sentar a los invitados mientras nos arreglamos mejor… solo tu y yo.
—¿Nuestros invitados?
—Si, “Nuestros”, vamos —me jalo después de eso y me llevo con èl.
Les dijo a esos padrinos que contrato que se colocaran en la entrada y fueran sentado a todos los invitados que fueran llegando, por mi lado, el número de personas no eran tan extenso en realidad.
Más que todo se trataba de conocidos de negocios y viejos colegas, tenía una buena red de contactos, pero solo una pequeña cantidad de esos eran lo bastante cercanos para invitarlos.
La sala que la “plaza dorada nos dio” era lo bastante grande como para dar cabida a mucha gente, Vincent aprovecho para invitar a conocidos suyos con la excusa de llenar lugares y así darnos más fama.
El lado de Teresa tampoco es que tenía a mucha gente consigo, por lo que incluso con los invitados de Vincent coló, no alcanzamos a llenar la mitad de la sala, llegue junto con este último cuando estuvimos listos y los invitados ya habían llegado.
La sala era enorme, Vincent hizo una jugada y ordeno los asientos en fila de forma vertical para que así llegaran hasta la puerta de entrada, desde ese punto, parecia que abría mucha más gente de lo esperado.
Daisy llego junto con nosotros, estaba vestida de gala.
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