PDV Teresa
Abri los ojos, y la luz del sol me cegó apenas me llego, se me habia olvidado cerrar las cortinas la noche de ayer…
Tape mis ojos, me gire, y vi a Tomas a mi lado, estaba dormido profundamente, mire la hora, me acosté en su pecho, y luego le pellizque la nariz suavemente.
A los pocos segundos acabo despertando con cierto agite.
—Teresa ¿Qué te eh dicho de hacerme eso? —me dijo apenas se levantó.
— ¿Eso es lo primero que le dirás a tu esposa en nuestro 1 día?
Tomas me miro unos momentos, unos segundos despues se me acerco y me dio un leve beso en los labios, recosté la cabeza en la almohada y cruce mis brazos detrás de èl, nos separamos poco después y me dio los buenos días como se debía.
—¿Te gusto mas de esta forma?
—Si, fue mucho mejor, pero la próxima recuerda que asi es que debes recibir despertar siempre a tu mujer… no lo olvides —separe mis brazos de Tomas al decir eso.
—No lo hare, pero recuerda no volver a taparme la respiración de nuevo, ¿Qué hora es?
—No se, míralo tu —le pase mi teléfono a Tomas y este lo vio.
—Es tarde, vámonos.
—¿Y a donde nos vamos a ir?
—Sera una sorpresa, alístate, salimos en 30 minutos.
—Es muy poco tiempo…
—Vamos, mueve esas nalgas, hay mucho que hacer.
No quise levantarme, pero Tomas me dio unas nalgadas fuertes y al final lo logro, nos alistamos rápido en nuestra habitación y salimos.
El personal de la “plaza dorada” nos recibió con entusiasmo y nos trataron muy bien apenas nos vieron, Tomas y yo visitamos la recepción para recoger un par de cosas.
Vi a Vincent tirado en el suelo encima de una manta con algunos liquidos esparcidos en estas… Anna estaba a su lado, parece que los 2 se habían divertido anoche.
Me vino a la mente varias cosas que Vincent me dijo de ella, y al revés tambien, quizas ambos se den 1 golpe en la cabeza por dejarse llevar por lo de anoche.
Mia no estaba presente, lo mas seguro es que ella si se alla ido a dormir, eso fue lo que pensé, hasta que la vi durmiendo sentada con la cabeza recostada en la mesa.
Daisy estaba tirada en el suelo, no muy lejos de Vincent…
Quise despertarlos, pero Tomas me tomo de la mano y me detuvo.
—No los despertemos, tomemos las cosas que queremos y vámonos —me dijo este.
—¿Seguro? ¿No nos vamos a despedir? —le pregunte.
—No, quien sabe que haga ese idiota si se despierta… anoche me dijo varias cosas, mejor vámonos ahora y despues hablamos con ellos luego.
—Mmm, bien, mi mama me va a regañar por irme a escondidas.
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