Entrar Via

Venganza de amor: Recuperar mi amor romance Capítulo 9

Alice ocupó el antiguo cuarto de Rachel durante mucho tiempo. Aunque les había pedido a las criadas que tiraran todas las cosas de Alice, todavía hacía falta hacer una limpieza profunda antes de que se pudiera usar. Por lo tanto, Rachel decidió dormir la siesta en el cuarto de invitados mientras tanto.

Cuando se despertó, ya eran las tres de la tarde.

Abrió los ojos lentamente y la voz que murmuraba en su cabeza se disipó de a poco a medida que volvía a la realidad.

La muchacha se sentó y se puso la mano en la frente. Sintió gotas de sudor en la punta de los dedos.

Parecía que había tenido un sueño.

En realidad, no había sido un sueño. Mientras dormía, escuchó una voz que la llamaba.

Era una voz ronca y melancólica que la llamaba y gritaba su nombre. Las emociones encontradas le dejaron el corazón roto, y las olas de emociones avasalladoras casi la ahogan.

Rachel sabía que esas emociones le pertenecían a la antigua dueña de su cuerpo. Sin embargo, algo la molestó. ¿Por qué eran tan fuertes?

Eran tan abrumadoras que ella se sintió incómoda.

¿Sería que el alma de la antigua dueña de su cuerpo seguía allí dentro?

Cuando ese pensamiento le pasó por la cabeza, se miró las manos y luego se miró al espejo. Estaba segura de que no le pasaba nada extraño a su cuerpo, excepto la tristeza que acechaba en su corazón.

"Señorita Bennet", la llamó la voz de Andy desde el otro lado de la puerta, interrumpiendo sus pensamientos.

Decidió dejar a un lado sus inhibiciones por el momento, se levantó de la cama y abrió la puerta. Cuando vio la pila de documentos que llevaba el hombre en la mano, la muchacha arqueó las cejas. "Hablemos en el estudio", le dijo ella, a lo que él asintió y la siguió. Ni bien se sentó, Andy puso la pila de documentos frente a ella. Allí, vio el certificado de propiedad encima de todo.

"Este es el acuerdo de cesión de acciones. Este es el formulario de entrega de la propiedad y la escritura de la casa", le explicó el hombre.

Ella sonrió. "¿Estos son todos los documentos?", le preguntó.

"Bueno, no exactamente. También hay algunos registros de facturación y otros informes del Grupo Bennet a lo largo de los años", añadió. "De ahora en adelante, el Grupo Bennet es suyo".

Rachel hojeó los documentos con indiferencia y luego dirigió su atención al hombre. Al notar la incomodidad en su rostro, ella cerró la carpeta y le preguntó:" ¿Hay algo más que quieras decirme?".

"Bueno...", comenzó a decir el hombre, pero lo interrumpió un fuerte golpe.

De repente, dos hombres musculosos abrieron la puerta de una patada y entraron. Una criada los siguió con pánico en la mirada. "Señorita Bennet, se metieron en la casa de repente. No pude detenerlos", se excusó la sirvienta.

"¿Quiénes son?", preguntó Andy mirando a los intrusos.

"Señorita Bennet, usted viene con nosotros", dijo uno de ellos. Cuando terminó de hablar, pasaron por al lado de Andy e intentaron llevarse a Rachel.

Afortunadamente, ella logró esquivarlos. Sin embargo, solo con verlos se podía notar que estos dos hombres eran ágiles y que sabían pelear. Rachel no podría escapar de ellos porque sus habilidades para luchar no eran del todo buenas y claramente no les iba a ganar a este par de fortachones.

Andy la protegió con su cuerpo de inmediato. "¿ Qué planean hacer con ella?", les preguntó.

"Quítate de mi camino", le advirtió uno de los intrusos.

"Esto es invasión de propiedad privada. ¡Es ilegal! Lo crean o no...", comenzó a decir, pero antes de poder terminar de hablar, sintió un caño de acero frío y duro contra su frente.

El intruso le estaba poniendo una pistola en la cabeza en ese mismo momento.

Le comenzaron a caer gotas de sudor por la frente, sintió el corazón latiendo con fuerza y se puso pálido.

A través de las cortinas, la luz del sol iluminaba el arma y reflejó su luz plateada.

Rachel abrió los ojos de par en par. "¡Iré con ustedes, pero suéltenlo!", exclamó.

Andy miró a los hombres vestidos de negro y tartamudeó: "Se... señorita Bennet...".

Uno de los hombres de negro salió del auto, abrió la puerta trasera y le dijo: "Ya llegamos".

La muchacha salió del coche y miró hacia arriba. La sorpresa se posó en sus ojos por un instante, pero recuperó la compostura con rapidez antes de que nadie se diera cuenta.

Esta no era la villa de Víctor, sino un edificio solo de tres pisos con una arquitectura clásica nórdica. No mucho después, Rachel recordó a dónde era este lugar.

Era la peluquería más conocida entre las mujeres de clase alta de la ciudad, y su nombre era Gardenia.

Por lo que podía recordar, no era su primera vez allí.

Una de las razones por las que a las mujeres de clase alta les gustaba este lugar era porque trabajaban los mejores estilistas del país. Además de eso, el lugar solo recibía un cliente por día.

La primera vez que Rachel fue allí, fue el día de su boda, hace dos años.

Bueno, eso tal vez ni contaba como una boda. Sus familias hicieron una cena sencilla para aparentar frente a la abuela de Víctor.

Un momento después, alguien salió del edificio.

"Hola, señorita Bennet. Hoy voy a ser su estilista. Mi nombre es Eva Myers", la saludó una mujer con un vestido blanco. Tenía el cabello atado y una sonrisa en el rostro.

En ese momento, Rachel estaba aún más confundida porque no sabía qué problema le iba a causar Víctor.

Luego miró a Eva, pero no dijo ni una sola palabra.

Afortunadamente, a la peluquera no le importó su actitud fría. "Sígame, por favor", le dijo y le hizo un gesto para que entrara. Si nos basamos en la expresión que tenía la muchacha en ese momento, era difícil leer lo que pasaba por su mente.

Menos de un minuto después, entró al edificio. Al ver que tomó la iniciativa de entrar, la estilista la alcanzó y caminó delante de ella.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Venganza de amor: Recuperar mi amor