Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2902

Hailey y Kayleen se apartaron antes de que las columnas de luz las alcanzaran, lanzándose hacia Sade en el último segundo mientras Hailey le clavaba su espada al mismo tiempo que Kayleen hacía lo propio con su lanza.

Hailey fulminó a Sade con la mirada. "Tú eres realmente el despreciable aquí, Sade. ¡Dile adiós al mundo para siempre!".

"¡Arghhhh!".

El cuerpo de Sade explotó en un destello de luz blanca, desapareciendo de la vista.

Hailey y Kayleen se arrodillaron. "A su servicio, Maestros".

Justo entonces, Wilbur y Augheimer miraron a las dos damas al mismo tiempo. Augheimer dijo: "Descansen. Ya pueden regresar, su trabajo aquí ya terminó".

"Sí, Maestro".

Hailey y Kayleen desaparecieron al segundo siguiente. Justo entonces, un viento feroz sopló mientras un pilar de luz blanca descendía de los cielos mientras Odiseo aparecía frente a los dos hombres.

"Wilbur Penn y Augheimer. Por fin los encontré. Díganme dónde están los guardianes de la dimensión y entréguenmelos".

Un alegre Odiseo alargó la mano para agarrar a Wilbur y Augheimer por la camisa con cada uno de sus puños, gritando: "¡Dime dónde está Sade ahora mismo!!!".

Wilbur, más tranquilo que nunca, preguntó: "¿Quieres hacer tú los honores o los hago yo?".

"Déjame hacerlo a mí", dijo Augheimer.

Odiseo rugió mientras agitaba el Cetro de la Muerte salvajemente, y un pilar negro de luz salió disparado hacia Augheimer. Sin embargo, algo inimaginable ocurrió entonces. La espada dorada de Augheimer dividió el pilar de luz negra en dos mitades antes de romper el Cetro de la Muerte mientras la joya incrustada en él explotaba y volaba por todas partes.

La espada dorada atravesó el cuerpo de Odiseo, y una poderosa energía explotó en su interior mientras se convertía en polvo.

Wilbur se acercó a Augheimer, y los dos hombres esperaron tranquilamente en el aire. De repente, el suelo empezó a temblar violentamente antes de girar ciento ochenta grados. El cielo estaba ahora en el suelo, y viceversa.

"Ya está aquí", dijo Augheimer.

"Vamos", dijo Wilbur. "Esto siempre iba a terminar así".