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Vivo con el Alpha romance Capítulo 9

Ágata

— ¿Quiere que me detenga? —Pregunta de nuevo preocupado y con los dientes apretados, pero sé que la primera vez puede doler y más si es con un hombre como Maiquel.

—N...no con... continúa, —gimoteo en medio de un jadeo, respirando profundo para tratar de que el dolor pase.

El comienza a introducirse lentamente y para ser les sincera esto duele como los mil demonios, siento que me va a partir en dos, Maiquel es muy grande. Cuando está completamente dentro de mí lo escucho que jadea de dolor.

— ¿Estas bien?—Le pregunto preocupada.

—Estoy bien, es solo que también es mi primera vez y arde un poco al desgarrarse, pero pasara rápido porque soy un hombre lobo. La Diosa luna hace esto para que los mates sepan lo que siente el otro en este preciso momento, —me comenta con su respiración acelerada.

Después de unos minutos muevo mi cadera en señal de que se puede mover, él comienza a salir lentamente para volver entrar de nuevo en mí, siento cada centímetro de su polla en mi interior, Maiquel comienza a dar estocadas lentas pero profundas.

—Ma... más rápido, —pido entre jadeos y gemidos. El hace lo que pido, entrando fuerte y rápido en mi interior casi saliendo por completo de mí mientras toca un punto que hace que suelte algunos gemidos, Dios siento que moriré de placer y más por el calor que desprende su cuerpo. — ¡Ah! Maiquel, Maquiel... Dios, —gimo fuerte cuando entra y sale en una fuerte embestidas, el gruñe y jadea.

Lo atraigo del cuello hacia mí y lo beso con desesperación mientras el entra fuertemente en mí. Deja mis labios para bajar a mis senos mientras disminuye la velocidad de sus embestidas, muerde mi pezón y una de sus manos estimula mi clítoris, lo jalo del cabello y el gruñe.

— ¡Diosa!, ¡Sí! Mi luna estoy apunto, —murmura entre gruñido y jadeo que es lo único que se escucha en esta habitación. Siento un calor depositarse en mi vientre y mi paredes se contraen alrededor de su grueso miembro.

El baja sus besos a mi cuello, lame ese punto sensible y siento como sus colmillos rozan esa parte sensible de mi piel, sus colmillos se entierran en mi cuello y yo grito de dolor pero después ese dolor y ese grito de se transforma en puros gritos de placer.

Él retira sus colmillos y lame la herida mandando descarga de placer a mi centro, es en ese momento cuando nos corremos a la par con un fuerte gemido de mi parte y un gruñido animal de la suya. Se sigue moviendo hasta vaciarse por completó, sale despacio de mi interior se acuesta a mi lado y me atrae hacia su pecho, cubre nuestro cuerpo desnudo con las colchas blanca de la cama.

—Ahora eres solo mía, mí luna. —Es lo último que escucho que dice entre gruñidos animal antes de caer en un sueño profundo.

(...)

Despierto porque siento un calor sofocante y un dolor horrible en mi cuello y mi vagina, siento una respiración debajo de mí, levanto el rostro y veo que estoy sobre un pecho, levanto un poco más la vista y veo que es Maiquel que esta desnudo al igual que yo, Maiquel se encuentra profundamente dormido debajo de mí. Intento salir de sus grandes brazos y el gruñe, intento nuevamente pero me detengo cuando escucho que dice:

—Mi luna duérmete es muy temprano. —Con su voz más ronca de lo normal.

—Tengo mucho calor, —comento. El abre sus hermosos ojos azules grisáceos y me sonríe, en un ágil movimiento ya estoy debajo de él que deja caer un poco de su peso sobre mí. —Maiquel, —protesto porque pesa demasiado, él no me hace caso, se acerca a mis labios y deja un casto beso en mis labios.

Capítulo 9 1

Capítulo 9 2

Capítulo 9 3

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