Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 12

Por la noche, Guadalupe y Sheila llegaron al restaurante.

Justo cuando cruzaba las puertas del restaurante, Guadalupe vio una figura familiar junto a una columna en el vestíbulo del restaurante.

¿Olivia?

Guadalupe arqueó una ceja cuando se abrieron las puertas del ascensor y la figura entró apresuradamente.

Cuando Guadalupe llegó a la habitación en el cuarto piso, escuchó que Dylan estaba hablando con alguien por teléfono. Parecía haber escuchado a Dylan mencionar a la "señorita Ávila".

Guadalupe le asintió a Sheila, que dio un paso adelante y abrió la puerta. Saludó a Dylan. "Hola, Sr. Anglés".

Dylan rápidamente colgó el teléfono y se dio la vuelta. Le echó a Guadalupe una mirada seria y luego se acercó con una educada sonrisa en su rostro.

"Guadalupe, Diego ha estado alardeando de lo competente que es usted conmigo todo el tiempo. Por favor, tome asiento. El vino tinto ya se decantó. Por favor, pruébelo".

"Muchas gracias por su invitación. Considere esto como un sincero deseo de un resultado satisfactorio hoy". Guadalupe levantó la copa de vino, dio un sorbo y bebió el vino.

Dylan Anglés era un hombre de negocios astuto. Por lo general, las dos empresas renovarían su contrato cuando estuviera a punto de expirar.

Sin embargo, para maximizar sus propios beneficios, Dylan siempre le rogó a Diego, con la esperanza de reducir el costo.

Entonces, cuando Diego hizo que Guadalupe se hiciera cargo de la negociación, probablemente le pidió a Dylan que le hiciera las cosas difíciles a Guadalupe.

De todos modos, Dylan dijo que tenía que considerar el renovar el contrato o no. Esta condición, por supuesto, es aumentar el porcentaje de acciones.

Guadalupe lo sabía muy bien, así que no demostró su actitud.

Aparte de eso, durante la cena, Dylan no molestó a Guadalupe. Esto la dejó un poco desconcertada.

La cena estaba a punto de terminar. Dado que tanto Guadalupe como Sheila habían bebido, Dylan les ofreció que su secretario las llevara.

Guadalupe había tomado mucho vino tinto esta noche, por lo que se sintió un poco mareada mientras estaba sentada en el auto. Cuando el auto se detuvo de repente, la chica no pudo evitar fruncir el ceño.

"Lo siento, señorita Aranda. Es posible que el auto se haya averiado". El secretario de Dylan salió del auto para verificar la situación y llamó a los reparadores.