Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 19

Lo que dijo Aritz hizo que Guadalupe se sintiera incómoda. Ya no estaba de humor para seguir charlando. Por lo tanto, se fue con Ainoa.

Inesperadamente, el auto de Guadalupe se descompuso sólo unos minutos después de haberlo encendido. Por lo tanto, tuvo que orillarse.

"¡Qué demonios! ¿No es un coche nuevo?". Ainoa saltó del auto y pisoteó enojada.

"No te preocupes". Guadalupe la consoló. Luego sacó su teléfono y llamó a su asistente Sheila.

Sheila siempre hacía su trabajo muy eficientemente. No le tomó mucho tiempo contactar a quienes se hicieran cargo del mal funcionamiento. Sheila todavía recordaba la última vez que se encontraron con esas personas del club MC. Dos mujeres estaban en la carretera de noche. Eso no sonaba seguro.

Guadalupe colgó el teléfono y sacó su chaqueta de su coche. Justo después de ponérsela, un Maserati se detuvo lentamente junto a ellas.

"Guadalupe, ¿necesitas ayuda?". La ventanilla bajó lentamente, revelando el rostro sonriente de Raúl.

"No, gracias. Mi asistente llegará pronto". Guadalupe miró a Raúl. También alcanzaba a ver el rostro de Aritz.

Con eso, Aritz dijo fríamente: "Vámonos".

Eso hizo que Raúl se congelara, ya que estaba a punto de salir de su auto y verificar qué estaba pasando. Se dio la vuelta y dijo: "Aritz, su coche se descompuso. ¿Qué estás haciendo?".

"¿Qué tiene que ver eso conmigo?".

Después de que Aritz dijo eso, Raúl encendió el auto. La sonrisa en el rostro de Guadalupe se desvaneció cuando escuchó sus palabras.

Guadalupe no dejó que se notara su disgusto. Sin embargo, Ainoa estaba enojada. Señaló el auto de Aritz y estuvo a punto de maldecir.

Sin embargo, antes de que Ainoa pudiera decir algo, otro coche se detuvo junto a ellos. Noah salió y los miró. "¿Se descompuso el coche?".

Guadalupe asintió. "La ayuda va a llegar. Mi asistente llegará pronto".

Sheila llegó justo después de que Guadalupe dijo eso.

"Srta. Aranda, por favor, llévese mi coche y vaya a casa con la Sra. Herrero. Yo espero la llegada de la grúa", dijo Sheila. Estaba a punto de darle a Guadalupe la llave de su coche.

Luego, Noah se acercó y dijo: "Si hace eso, su asistente tendrá que tomar un taxi a casa más tarde. ¿No es peligroso?".

Guadalupe hizo una pausa. Esa era exactamente su preocupación.

"Sr. Chistau, no estoy una mujer con la que puede coquetear", dijo Guadalupe con franqueza.

"Sé que no tengo buena fama. Pero le prometo que le tratará fiel", dijo Noah.

"¿Cómo puede garantizar eso, Sr. Chistau?". No pudo evitar mirarlo.

"Srta. Aranda, sé que no confía en mí". Noah volvió a poner un gesto asertivo. Se ajustó la corbata y luego continuó: "Pero también sé que el grupo Chistau puede ser una buena opción si quiere acomodarse en Los Ángeles".

"No sé por qué quiere algo conmigo, pero déjeme ser franca: Será mejor que se rinda. No estoy buscando una relación por el momento". Guadalupe bajó la cabeza y sonrió.

Noah descubrió lo hermosa de Guadalupe la primera vez que la conoció, especialmente cuando sonreía. Sintió que su corazón se aceleraba cuando vio esa sonrisa de nuevo.

Guadalupe, sin embargo, ya no tenía ganas de hablar con él. Se desabrochó el cinturón de seguridad, abrió la puerta del coche y salió.

"Muchas gracias, Sr. Chistau", Guadalupe se inclinó y dijo a Noah sentado en el coche.

Noah no respondió. En cambio, con una leve sonrisa, dijo: "No me rendiré".