Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 42

Guadalupe no pudo terminar de hablar, pues, una voz masculina familiar la interrumpió desde un lado. Noah se acercaba hacia ella.

Sus ojos marrones se curvaron ligeramente mientras miraba a Jon. "Pagaré los millones para llevármela, señor Carretero".

Guadalupe estuvo en el pasillo por más de diez minutos, pero nunca vio a Noah. Creyó que él no estaba ahí, así que no esperaba encontrarse con él en este momento.

Jon no podía darse el lujo de ofender a Noah, así que apretó los dientes y miró a Guadalupe por última vez antes de dar la vuelta para irse con el coraje.

Guadalupe inclinó la cabeza y miró a Noah. Levantó su copa y sonrió. "Gracias".

"El placer es mío". Noah levantó su copa y la chocó suavemente contra el borde de la de ella, mirándola con ironía.

Noah tomó un sorbo de vino tinto. "Señorita Aranda, parece que se encuentra de buen humor esta noche".

Guadalupe lo miró y levantó ligeramente las cejas. "Más o menos".

Después de todo, excepto por los rumores, nada significativamente negativo había sucedido recientemente.

Sin embargo, Guadalupe nunca se permitiría sufrir por los errores de otras personas. No importaba lo despiadada que fuera la opinión pública sobre ella, no se sentiría avergonzada en absoluto. Era un simple rumor.

Hace ya casi veinte minutos que Guadalupe entró al salón, por lo que ya se reunió con las personas con las que se tenía que encontrar y habló lo necesario con ellas.

Dejó el vino tinto y dijo: "Señor Chistau, discúlpeme".

Después de decir esto, Guadalupe encontró a Sheila y le dijo. "Pídele al chofer que traiga el auto a la puerta. Me iré después de ir al baño".

Sheila asintió y rápidamente sacó su teléfono para llamar al chofer.

El baño estaba un poco lejos. Se encontraba a la izquierda al final de un largo pasillo.

No había mucha gente en el baño, así que Guadalupe salió rápidamente.

En el camino de regreso, no se encontró a nadie conocido, pero vio un balcón abierto que daba al exterior.

El balcón no era grande, de unos doce o trece metros cuadrados. Había un par de mesas de café con sus sillas, que fueron puestas ahí para descansar.

"Cierto. No ha pasado mucho tiempo desde que pasó por un divorcio, pero ya le está yendo de maravilla de nuevo. ¡Tengo un poco de envidia! Señorita Aranda, usted es increíble. Deme algunos consejos sobre cómo conseguir un novio rico justo después de un divorcio".

Las dos hablaban con un tono sospechoso, y Guadalupe inmediatamente empezó a reír. "¿Cómo debería referirme a ustedes, señoras? Aunque no hay necesidad de decirlo. De todos modos, no las conozco. Nunca le presté atención a nadie".

"Ah, por cierto, tengo un mal hábito. Me gusta grabar cuando oigo que yo soy el tema de la plática. He grabado lo que acaban de decir".

Las dos mujeres no esperaban que Guadalupe apareciera de repente, ni que Guadalupe escuchara su cotilleo.

Al escuchar las palabras de Guadalupe, ambas sintieron un poco de presión.

"¿Qué grabaste?".

Se escuchó una voz masculina burlona. Noah se acercó y miró a Guadalupe. Levantó las cejas. "¿Qué es esto?".

Guadalupe sonrió y reprodujo la grabación en su teléfono.