Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 58

Guadalupe en verdad estaba muy enojada con Aritz esta noche.

Ella había estado divorciada por mucho tiempo. Incluso si Olivia difundió rumores por todos lados, Guadalupe se lo tomó a broma.

Para ella, la vida en la familia Ávila terminó y Aritz era solo su exesposo.

Ya no quería preocuparse por quién tenía razón y quién no. Ahora que están divorciados, deberían ser extraños.

Esa noche, Aritz no creía que ella no presionara a Laia. Guadalupe fue la más decepcionada.

Además, lo que acababa de decir Aritz la hizo dudar de su moral.

Guadalupe miró las luces neón, parpadeantes fuera de la ventana. Luego regreso a la realidad y de repente recordó algo. Se regresó para preguntarle a Noah, quien conducía, "¿No bebiste?".

Noah detuvo lentamente el auto y esperó la luz verde. Él la miró y dijo: "Solo un poco".

Guadalupe lo miró. "¿O no bebiste nada?".

Noah no le respondió directamente, pero la miró con una sonrisa. "Adivina".

Hizo una pausa por un momento antes de preguntar, "¿Todavía estás triste?".

"No lo estoy", respondió Guadalupe.

Miró el collar alrededor de su cuello y se quedó un poco sorprendida.

Lo que pasó esta noche la sorprendió.

¿Cómo se convirtió en Noah la persona que era hace cuatro años?

Si fue Noah, ¿por qué ella se despertó más tarde y encontró a Aritz allí?

Pensar en ello le provocó a Guadalupe un dolor de cabeza. Levantó la mano y la apretó contra su sien. "¿Realmente fuiste tú esa noche hace cuatro años?".

Noah la presionó. "¿Estás decepcionada de saber que fui yo?".

La sonrisa en su rostro desapareció. Cuando la miró, sus ojos eran como un pozo sin fondo. Sin embargo, ese pozo la reflejaba. Guadalupe quiso retroceder un poco, pero él la agarró por la cintura para detenerla.

La luz roja se volvió verde. Su automóvil estaba en el frente, pero estaba inmóvil, por lo que los conductores detrás continuaron haciendo sonar sus bocinas para presionarlo.

Guadalupe lo presionó: "Conduce".

Las cejas de Noah se fruncieron antes de retirarse y encender el auto de nuevo.

Guadalupe no respondió la pregunta y él no volvió a preguntar.

Permanecieron en silencio hasta que el auto se detuvo frente al departamento de Guadalupe.

Noah dijo: "Me regreso a casa esta noche y te daré el auto por la mañana. No te importará, ¿verdad?".

Guadalupe asintió con la cabeza. "Por supuesto que no. Adiós".