Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 77

Después de lo sucedido esta noche, Guadalupe estaba agotada, así que no habló.

Noah no dijo nada más y el coche enmudeció.

Pasaron por el centro de la ciudad. Noah preguntó: "¿Quieres comer algo?".

Guadalupe inclinó la cabeza y miró hacia afuera. "No estoy de humor. Quizá la próxima vez".

Por ahora, sólo quería ir a casa para tomar un baño caliente y dormir bien.

Cuando el coche se detuvo junto a la calle del departamento de Guadalupe, ya eran más de las once de la noche.

Guadalupe se desabrochó el cinturón de seguridad y le dijo a Noah. "Gracias por esta noche. No hace falta que te bajes para despedirme".

Estaba a punto de bajarse. Sin embargo, al escuchar sus palabras, se detuvo.

Palmeó el volante y la miró a través de la ventanilla entreabierta. "Guadalupe, ¿cuándo será la próxima vez?".

Guadalupe estaba a punto de darse la vuelta. Quedó ligeramente aturdida al escucharlo. Luego se dio cuenta de lo que estaba diciendo y sonrió. "Bueno, eso depende de cuándo nos volvamos a encontrar".

Se despidió de él con la mano. Sin decir nada más, se dio la vuelta y caminó hacia su departamento.

No había nadie en el elevador.

Guadalupe se miró en la pared de cristal del elevador y pensó en lo que había pasado esta noche. Se dejó llevar.

Enseguida, se abrió la puerta del elevador. Ella salió y sacudió la cabeza, tratando de despejar sus ideas.

Su departamento estaba en la esquina, al final del pasillo. Justo al salir del elevador, Guadalupe vio a Aritz parado junto a la ventana al final del pasillo.

Eso era raro.

Guadalupe se burló y se acercó sin ninguna expresión en su rostro.

"¿Qué? ¿Me está esperando, Sr. Ávila?".

Sus labios se curvaron en una sonrisa, pero la sonrisa no alcanzó sus ojos. Algo frío se movía dentro de su mirada.

Según lo que Aritz recordaba, Guadalupe nunca lo había mirado así. Había luz en sus ojos cuando lo miraba.

Pero desde el divorcio, la luz de sus ojos había desaparecido.

Repugnante...

Guadalupe se metió a su departamento, dejándolo afuera. Aritz miró la puerta cerrada frente a él, con el rostro tan oscuro como la tinta.

No sabía cuánto tiempo había permanecido de pie ahí. El sonido de unos pasos en el pasillo lo devolvió al mundo real. Entonces se marchó.

Raúl estaba en un club nocturno cuando recibió la llamada de Aritz.

Se apartó con dos mujeres con pechos grandes para ir a un lugar menos ruidoso.

Fue al espacio a prueba de sonido del segundo piso.

Encendió un cigarrillo y tarareó mientras fumaba. "Ya es muy noche, viejo. ¿Por qué me estás llamando?".

"Estoy en la T1. Sube". Entonces Aritz colgó.

Al levantar las cejas, Raúl sintió que algo andaba mal con Aritz esta noche.

Apagó el cigarrillo y se dirigió directamente a la T1.