Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 92

Aritz no le respondió su pregunta: "Tienes razón. Estamos divorciados. A partir de ahora, no tenemos nada que ver el uno con el otro. No quiero que estas cosas sucedan de nuevo".

"Si recuerdo correctamente, la mansión en Beverly Hills debería valer seis millones de dólares, ¿cierto? La casa en South Pasadena debe valer más de 4 millones de dólares. Y respecto al 3 por ciento de tus bienes, deben valer veinte millones. Sr. Ávila, es usted tan generoso".

No era la primera vez que Aritz había visto la sonrisa de Guadalupe, pero ésta en particular lo hizo sentir un poco incómodo.

Frunció el ceño y dijo: "Sé que estás molesta".

La sonrisa en el rostro de Guadalupe desapareció instantáneamente. Lo miró con frialdad: "Sabes que estoy molesta. ¿Sabes por qué estoy molesta?".

Aritz la miró y preguntó: "¿Por qué?".

"Porque incluso si hubiera tenido un perro por los últimos tres años, me movería su cola para hacerme feliz. ¿Y tú, Aritz? Han pasado tres años. Aparte de mentirme y permitir que tu familia me molestara, ¿qué más hiciste?".

Guadalupe se mofó: "Estoy molesta, ¡pero no olvides que me debías esto!".

Tras terminar de hablar, alcanzó el sobre de su mano y lo aventó lejos: "Quieres comprarme tres años de mi vida con dinero. ¿Crees que soy la misma de antes? Aritz, ¿sigues soñando? ¡Fuera! No me hagas repetirlo de nuevo".

El sobre cayó al suelo y el sonido fue tan fuerte en el silencioso pasillo, al igual que las palabras que había dicho.

Aritz nunca había conocido alguien quien tuviera el coraje de decirle eso. Además, esta persona era Guadalupe.

Estaba sobresaltado. Su expresión inmediatamente se volvió fría cuando la miró. Estaba a punto de decirle que no sabía lo que era bueno para ella, pero cuando vio la indiferencia en sus ojos, Aritz se quedó atónito.

Guadalupe regresó a la habitación y azotó la puerta.

En el pasillo, Aritz se quedó parado solo, fuera de la puerta del apartamento de Guadalupe.

El estrepitoso sonido del azote de la puerta parecía decirle que se perdiera. Aritz miró la puerta cerrada y se volvió para marcharse con el rostro sombrío.

Aritz caminó hacia el sobre y se quedó ahí por un segundo, antes de inclinarse a recogerlo.

Cuando regresó al coche, seguía pensando en las palabras de Guadalupe y se sintió deprimido. ¿Estaba diciendo que era inferior a un perro?

También dijo que estaba soñando.

¿Realmente pensaba Guadalupe que era la hija de Marcos Aranda y que él no se atrevería a tocarla?